Margarita en el reflejo de un espejo. Memoria del control absoluto de Calderón en el PAN, al clásico estilo priista. |
La mañana del 5 de octubre fue un dÃa que dejó atónitos a los panistas. En su programa de radio, Ciro Gómez Leyva anunció que Margarita Zavala -esposa del ex presidente Felipe Calderón- y su equipo de trabajo le habÃan informado la noche anterior que habÃa la ex primera dama renunciarÃa al Partido Acción Nacional (PAN). Su finalidad era participar como candidata independiente en la contienda electoral a la Presidencia en el 2018.
DÃas antes, en el mismo espacio noticioso, Zavala dejó entre ver que abandonarÃa al PAN al mencionar que evaluarÃa todas las alternativas posibles para poder contender por Los Pinos.
Vale la pena resaltar que Margarita en ese momento no cerró la puerta a una posible candidatura independiente, pero al mismo tiempo dejaba abierta la posibilidad de continuar el diálogo con la dirigencia nacional para llegar a un acuerdo: "Todos los caminos se valoran y yo lo valoro seriamente, pero para eso son los casos y, de cualquier manera, estoy haciendo todo lo posible para hablar con la dirigencia nacional y llegar a los mejores acuerdos".
El dÃa esperado llegó y anunció con pompones y platillos su renuncia. Buscó al maestro de ceremonias idóneo, JoaquÃn López Doriga. En su programa de radio "El Teacher" y Zavala platicaron del porqué dejaba a Acción Nacional después de 33 años de militancia. Margarita le aseguró a JoaquÃn: "Servà con cariño, con la seguridad de que -el PAN- era el mejor instrumento para transformar el paÃs".
En sincronÃa, subió en sus redes sociales un vÃdeo con duración de casi cinco minutos. Con suspicacia escuche el mensaje, leà su carta, me confundieron sus palabras llenas de amor y de coraje entrelazadas.
Zavala, ya con el traje ajustado de "independiente", lanzaba la siguiente consigna: "Durante este tiempo, se canceló totalmente la vida democrática interna y la participación ciudadana en el PAN, ningún ciudadano ha sido admitido como militante en los últimos años, se manipuló gravemente el padrón interno, impuso acciones antidemocráticas que tanto criticaban del PRI".
Dicha declaración me hizo imaginar a Margarita en el reflejo de un espejo. Y en un flashback, recordé la cumbre del calderonismo, la etapa donde comenzó la auténtica debacle del PAN. SÃ, aquella época del ex presidente Felipe Calderón. El esposo de Margarita, Felipe, desde que se hizo cargo del gobierno federal -a partir del 1 de diciembre de 2006- , tomó en paralelo las riendas del partido, al clásico estilo priista.
La intromisión del calderonismo en la vida interna del Partido era abierta, burda y sin consideraciones. Asà se trabajó la operación presidencial del control absoluto -por la vÃa del dedazo, como acostumbraban los priistas-, asà se designó a uno de sus más cercanos en la dirigencia nacional, Germán MartÃnez, quien durante su encargo perdió la mayorÃa de la Cámara de Diputados, cinco de seis gubernaturas (Yucatán, San Luis PotosÃ, Querétaro, Aguascalientes y Tlaxcala), el corredor azul en el Estado de México, asà como importantes capitales (Guadalajara y Cuernavaca).
MartÃnez Cázares dejó la presidencia del PAN después de una charla en Los Pinos -Felipe le pidió la renuncia-, y en un cerrar y abrir de ojos, Calderón impuso a su secretario particular, César Nava, uno de los polÃticos panistas más polémicos y controvertidos. Sin él, no se podrÃa entender la crisis asà como el desdibujamiento ideológico de Acción Nacional.
César Nava emprendió la campaña de afiliación -abusiva y sin precedentes- que permitió inflar el padrón de manera descontrolada; artistas y deportistas -que huyeron del partido- fueron la imagen del PAN y no sus militantes. Miles de panistas fueron afiliados sin conocer la ideologÃa del Partido. Muchos de estos neopanistas -militantes de pago por evento o de papel- fueron utilizados por caciques calderonistas regionales para definir candidaturas de elección popular y tener el control del partido.
Al freÃr será el reÃr los dichos calderonistas, y de vuelta a la epifánica o perturbadora realidad, Margarita deberá conseguir casi un millón de firmas para poder aparecer en la boleta electoral.
Hoy con júbilo, sin duda, el PAN está más fuerte que nunca, ni siquiera en 2000 y 2006, cuando se ganaron las elecciones presidenciales, nunca se habÃa llegado a gobernar el número de entidades que tiene Acción Nacional actualmente.
El PAN que dirige Ricardo Anaya -golpeteado no sólo por el PRI-Gobierno sino también por los senadores calderonistas RBD-, llegará al 2018 con 12 estados bajo su control, que en conjunto suman 27.8 millones de ciudadanos, equivalentes, en términos electorales, a 31.3 por ciento del padrón electoral. Entonces vale la pena preguntarse: ¿Cuál es el coraje del calderonismo? ¿Qué malos resultados le reclaman a Anaya?
Hoy, no sólo hay un PAN ganador, hay un PAN democrático, que busca transformar el sistema presidencialista en México, con la construcción del Frente Ciudadano por México (PAN, PRD y MC), cuyo peso real electoral se traduce a un conjunto que gobierna casi a la mitad de los electores (48.9 por ciento) en 16 entidades gobernadas, 16 capitales y 807 municipios.
Lamento mucho la salida de Margarita, se le va a extrañar, sin embargo, muchos no compartimos su visión de un proyecto personal -válido y legÃtimo-. Los que nos quedamos vamos por un proyecto de paÃs que va más allá de una sola persona, un proyecto que trabaja por el bien de México.
Mucha razón tienen las palabras de Emmanuel Tesauro, quién en su libro "FilosofÃa Moral, derivada de la Alta Fuente del Grande Aristóteles", dice: "El esplendor de los honores, y de las públicas dignidades, hacen dos contrarios efectos en diferentes personas; porque algunos como mariposas atraÃdos de aquella luz, se le avecinan tanto que se queman las alas, y estos son los vanos, los soberbios. Otros como lechuzas amedrentados por el exceso esplendor, huyen entre las sombras, y estos son los pusilánimes."
¡Son tiempos de generosidad y de amor a México!
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