Enrique Ochoa y Claudia Ruiz Massieu desembarcaron en Coahuila este fin de semana para respaldar a Miguel Riquelme, abanderado del PRI en la entidad norteña. Más allá de fotos amistosas y pláticas de ocasión, la visita dejó gusto a poco en el entorno del gobernador Rubén Moreira. Este esperaba que, a días del inicio formal de la campaña, Ochoa llevará promesas de apoyos económicos. No sucedió y la gira, según pudo conocer LPO, no terminó del todo bien.

Moreira, que es el cerebro electoral de la campaña de Riquelme, está molesto porque mientras observa la cantidad de recursos que se vuelcan a la campaña en Edomex, asume que casi no habrá respaldo para el PRI en uno de los dos estados de la frontera con EU que le queda al tricolor. 

Ochoa, por su parte, asume que la campaña de Coahuila es la más fácil de las tres que enfrenta el Partido este año. El dirigente nacional defiende la tesis de que así como los Moreira son repudiados fuera de su estado por sus escándalos de corrupción, al interior cuentan con un respaldo fuerte en la ciudadanía por sus políticas proteccionistas y prebendarías.

Existe otro factor que tiene que ver directamente con Los Pinos, donde los entornistas presidenciales aseguran que Enrique Peña Nieto no está conforme con la elección de Riquelme como candidato. En Saltillo respaldan esa idea y aseguran que por eso la campaña de Riquelme no recibirá los fondos esperados desde el poder central.

El argumento que sustenta esta teoría es que en Los Pinos en realidad querían apoyar a otro candidato diferente a Riquelme pero que los Moreira aprovecharon la excusa del cierre de las inscripciones de candidatos y ubicaron a su candidato que es fuerte en Torreón, donde al PRI siempre le ha costado tener un buen desempeño.