A menos de cuarenta dÃas de los comicios presidenciales, con el candidato del PRI en tercera posición en los sondeos, comienza a desarrollarse en la cúpula un ánimo de negociación con Andres Manuel López Obrador que lidera las encuestas y que ya hace meses representa una mejor opción para que el poder vigente pueda planificar una salida más confortable.
Una de las aristas que se considera es la nominación a la Suprema Corte que tendrá que efectuar Enrique Peña Nieto en noviembre, dÃas antes de traspasar el mando. Un sector del Gobierno baraja la idea de buscar un acuerdo con Morena y sus legisladores que ingresarán en septiembre y cuyo voto es necesario. Humberto Castillejos trabaja con sigilo una estrategia para que el ex procurador Raul Cervantes sea el nominado.
El plan en curso serÃa pedir a AMLO la nominación del ex procurador a cambio de facilitar la transición en temas sensibles para Morena como la conformación del Sistema Nacional Anticorrupción, la negociación del TLCAN o el siempre espinoso estado de la seguridad. Asumen en Los Pinos que es viable un acuerdo y que el tabasqueño buscará generarlo.
Cervantes iba a ser encumbrado por el Gobierno como fiscal general pero nunca se reunieron los números en el Senado y el entonces procurador no pudo superar el desastre del affaire Odebrecht, que ha llevado a la prisión polÃticos en todo el continente menos en México.
Para entender: no fue eventual que esta semana Yeidckol Polevnsky hubiera dicho en el programa de TV de JoaquÃn López Doriga que Cervantes era un extraordinario procurador, motivo por el cual tuvo un roce con el dirigente panista Damián Zepeda.
Un potencial acuerdo que salda otros conflictos, como por ejemplo que el magnate Claudio X. González sigue impulsando acciones contra Morena y tiene además un fuerte enfrentamiento con Cervantes. Avalar su nominación a la Corte serÃa un estiletazo considerable cuando ni siquiera se hubiera iniciado la eventual administración. Luego llegará la duda de su las bases de Morena son lo suficientemente sofÃsticadas como para referendar ese tipo de acuerdos cupulares.
Cervantes estaba distanciado en los últimos meses del circulo primario presidencial pero reapareció en el las últimas semanas y hasta le prestó una oficina en Polanco a la campaña de Meade.
Que estas cuestiones floten en el circulo rojo vienen a ratificar además una profunda división en el poder real que todavÃa ostenta el PRI, por un lado Carlos Salinas de Gortari y Claudio X. en su cruzada anti AMLO mientras que por el otro el grupo Atlacomulco, que busca negociar una salida amortiguada y, eminentemente, la continuidad de una parte considerable de las reformas estructurales que el presidente asume como su primordial legado. Evidentemente, todavÃa quedan muchas cosas por verse. Faltan menos de 40 dÃas.
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