Luego de cinco años de mandato y en momentos en los que recrudecen las tensiones con los Estados Unidos por los flujos migratorios y el tráfico de fentanilo, López Obrador concretará uno de sus escasos viajes internacionales con una visita a Colombia en septiembre, un gesto que pone en evidencia la profunda sintonÃa que tiene con el presidente Gustavo Petro.
La excusa de lo que será el primer viaje a América del Sur del presidente mexicano será una cumbre antidrogas que se realizará entre el 7 y 9 de septiembre en Cali, pero López Obrador también realizará una visita de Estado, por lo que se espera que mantenga encuentros privados y formales con Petro. Luego, viajará hacia Chile, donde participará de los actos conmemorativos por los 50 años del golpe de Estado contra el socialista Salvador Allende, una de sus musas polÃticas a lo largo de su carrera. TodavÃa están en duda sus posibles visitas a la Argentina y Brasil, ya que el primer paÃs estará en plena campaña electoral presidencial y con el segundo espera que primero Lula da Silva visite México.
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La visita a Colombia tiene varias aristas, pero la principal es que López Obrador aspira a profundizar las relaciones y formar un eje común con Colombia, un paÃs que tiene por primera vez en su historia a un presidente progresista y que, además, enfrenta problemas similares a los de México: un aumento considerable de los flujos migratorios y del narcotráfico. Todo esto, en un contexto de tensión con los Estados Unidos, que le exige a los paÃses del Sur mayores medidas contra estos dos desafÃos y que se encamina a elecciones presidenciales en 2024 con posiciones cada vez más extremas dentro del Partido Republicano bajo la latente posibilidad de un retorno a la Casa Blanca de Donald Trump.
El encuentro buscará alcanzar herramientas y acuerdos que permitan enfrentar de manera conjunta los nuevos flujos migratorios que llegan hasta el RÃo Bravo, especialmente marcados por personas que provienen ya no tanto de México, sino de paÃses del Sur, como Colombia, Venezuela o HaitÃ. En 2022, Bogotá registró un número histórico de 547 mil individuos que abandonaron el paÃs en búsqueda de un futuro mejor, es decir, una de cada 100 personas. La crisis económica, las consecuencias que aún perduran de la pandemia de covid-19 y el recrudecimiento del conflicto interno con los diferentes grupos armados dispararon una tendencia que siempre existió en el paÃs.
A raÃz de esto, según la docente catedrática e investigadora de la Universidad EAFIT de Colombia, Beatriz Bedoya, los presidentes buscarán establecer una serie de "lineamientos para garantizar a los colombianos un trato acorde a una hoja de ruta ya trabajada por las CancillerÃas" y que consistirá, entre otras cosas, en un registro previo por parte de las autoridades mexicanas, que brindarán la información necesaria. Asimismo, sostuvo que también "habrá un fortalecimiento de los intercambios de información en materia de seguridad en bases de datos y mecanismos existentes" para volver más seguro un viaje caracterizado por los diferentes peligros que enfrentan las personas que deciden hacerlo.
Otro de los temas que tratarán los presidentes será el narcotráfico en momentos en los que tanto México como Colombia enfrentan serios problemas que impactan de manera negativa en las relaciones con un socio estratégico de ambos paÃses: Estados Unidos. Por un lado, México no logra controlar el tráfico de fentanilo, un opioide que ya se convirtió en la principal causa de muerte de personas entre 18 y 40 años en el paÃs del Norte y que causa estragos en diferentes ciudades donde se ven sus consecuencias a plena luz del dÃa; y, por el otro, Colombia registra números históricos del cultivo de coca, que también llega hasta Washington y que causa una nueva crisis en Ecuador, que registra un recrudecimiento de la violencia.
A pesar del fuerte desafÃo que implica combatir al narcotráfico, ambos lÃderes esgrimen las mismas polÃticas y enfoques: enfrentar los problemas sociales que llevan a distintos sectores a producir y vender drogas a partir de una polÃtica social y comunitaria que no se centre en la fuerza ni en las acciones militares, sino en la pobreza y la desigualdad. "Es el momento de plantear nuevas estrategias, quizás más eficaces contra el narcotráfico", sostuvo Petro al momento de anunciar la visita de su homólogo y detalló que durante la cumbre se realizará una reunión con expertos que analizarán "lo que han sido 50 años de la mal llamada guerra contra las drogas".
Además de enfrentar un problema que azota a sus respectivos paÃses, con un recrudecimiento de la violencia tanto en el interior de México como de Colombia, ambos mandatarios buscan resultados que permitan tratar de una mejor manera a la futura administración norteamericana de cara a las elecciones de 2024 en la que crecen las posiciones extremistas del Partido Republicano. Para Beatriz Bedoya será importante que se llegue a "un acuerdo para defender posiciones comunes y llegar a acuerdos con Washington" porque la Casa Blanca aún exige viejas medidas que Bogotá rechaza, como la fumigación de los cultivos o el uso de la fuerza para acabar con los distintos eslabones del tráfico ilegal.
Cuando se vean la cara en Colombia, ambos presidentes sabrán que no tienen mucho tiempo por delante. El gobierno de AMLO ya se encuentra de salida, más centrado en comenzar a disputar las próximas elecciones que en el dÃa a dÃa de la gestión y los comicios presidenciales de Estados Unidos están a la vuelta de la esquina con la latente posibilidad de que el Partido Republicano vuelva a la Casa Blanca de la mano de aliados que proponen bombardear cultivos de droga o declarar a los grupos narcotraficantes como "terroristas". De todas maneras, mejor tarde que nunca.
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