Andrés Manuel López Obrador viajará esta semana a Colombia para participar en un foro en el cual el presidente Gustavo Petro propondrá repensar la política anti drogas en América Latina. Una escala clave antes de ir a Chile al acto conmemorativo del golpe de estado contra Salvador Allende, figura histórica que fascina a López Obrador así como también a la canciller Alicia Bárcena.

Petro dice ya desde su campaña presidencial que es preciso reordenar la política anti drogas y propone organizar una reforma rural para que aquellos campesinos que están en el negocio de la coca se trasladen, con apoyo estatal, a otro tipo de cultivos que no sean de interés del narcotráfico.

El presidente colombiano alega que el combate a las plantaciones genera un fuerte daño ambiental en su país y que es una estrategia que ha demostrado ser poco exitosa.

Esta narrativa agrada al Departamento de Estado. Anthony Blinken estuvo con Petro en octubre del año pasado y se pronunció en favor de los planes del mandatario sudamericano. También tiene el aval de Rahul Gupta, el zar anti drogas de la Casa Blanca que alega que la guerra contra el narco no tiene demasiado sentido y que además genera flujos migratorios descontrolados hacia la frontera sur de su país.

La antítesis perfecta con la retórica que se impone en el Partido Republicano, donde casi todos sus precandidatos a la presidencia creen que Estados Unidos debe realizar operaciones militares en territorio mexicano contra los carteles de la droga.

López Obrador y Bárcena entienden el papel de México en este tablero de la política de EU y por eso también la visita a Petro, cuya administración se encuentra agobiada por escándalos familiares y la incapacidad de lograr que el congreso apruebe sus reformas más ambiciosas.

A medida que se termina el sexenio el alineamiento de López Obrador con los demócratas se intensifica. Las coincidencias no son enormes por los une el rechazo a los protagonistas del Partido Republicano. Prueba de esto es el viaje del presidente a la Cumbre del Pacífico en San Francisco, donde tendrá una reunión bilateral con Joe Biden.

Según pudo conocer LPO, a diferencia de lo ocurrido en la Cumbre de las Américas el año pasado, López Obrador asistirá a este foro aún si no son invitados países como Cuba o Nicaragua.

Antes de que termine el año pudiera haber además otro encuentro en Canadá, en la Cumbre de América del Norte. López Obrador propone que ese encuentro se realice en San Francisco pero las agendas de Biden y Justin Trudeau podrían dificultarlo. Si así fuera, el presidente mexicano podría ver a Biden una vez más en Ottawa en diciembre.