Antes de concluir el sexenio, el Gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto apretó el acelerador para asegurar el mayor número de inversiones posibles en la industria petrolera, por lo que afina los últimos detalles para la última ronda de licitaciones, que ocurrirá en julio.

Para entonces, ya se conocerá el resultado de las elecciones presidenciales, pues la ronda 3.2 se llevará a cabo el día 25. Se trata de una licitación de mayor riesgo por ser campos terrestres y el Gobierno ofrecerá 37 campos.

La primera subasta de este año se llevará a cabo el próximo 31 de enero, que corresponde a la cuarta licitación de la ronda 2, la más importante de esta administración por sus campos ofertados y el nivel de inversiones que requerirá.

Posteriormente, en marzo, arranca la ronda 3. De acuerdo con Coldwell, se espera una inversión de al menos 3,800 millones de dólares a lo largo de la duración de los contratos.

Explicó que si se adjudican un número de bloques similar al de la Ronda 2.1 en aguas someras, es decir, 10 bloques, la producción podría alcanzar en un punto máximo 120,000 barriles diarios de petróleo crudo equivalente.

El titular de la Sener destacó que para dimensionar la magnitud de estas dos licitaciones, juntas representan 53% de los recursos prospectivos y 39% de la superficie del Plan Quinquenal de licitaciones 2015-2019.