Hoy viernes Ildefonso Guajardo llegará a Austin para tener un encuentro con el gobernador texano Greg Abbott. Será el corolario de un intento cabildeo que se desarrolla entre la Secretaría de Economía y el gobierno texano. El resultado es el que busca el funcionario mexicano: que Texas sea el principal abogado de México frente a la renegociación del TLC, especialmente ahora que Donald Trump vuelve a endurecerse al respecto.

A diferencia de otros gobernadores pro México como el de California Jerry Brown o el de Nueva York Andrew Cuomo (firme defensor de la llamadas ciudades santuario), Abbot pertenece al partido que gobierna y dos hombres que son claves en la administración Trump responden a su misma matriz: el secretario de Estado Rex Tillerson y el de Energía Rick Perry. A ellos se suman congresistas y senadores en posiciones estratégicas del Capitolio.

Abbott tiene muy claro lo que puede perder Texas si la renegociación del TLC no funciona según los parámetros esperados: 90 mil millones de dólares en exportaciones a México. De verse afectada la relación comercial el estado republicano podría caer en la recesión.  Es el argumento de Guajardo para que Abbott sea su socio estratégico en EU.

Tres personas del entorno del gobernador son cruciales para el plan de Guajardo: Tracye Mc Daniel, titular de la Corporación de Desarrollo Económico de Texas, Jerry Strickland, representante de Texas en el Capitolio en Washington y, posiblemente una de las personas que mas escucha el gobernador, Julia Rathgeber, vicejefa de gabinete y estratega política.

El objetivo de Guajardo es que la fuerza de este Estado en Washington facilite las pautas de la rengociación a partir de una presión muy evidente: que si México se ve perjudicado habrá medidas espejo y donde estas primero impactarán será en Texas.