El Fondo Monetario Internacional (FMI) realizó ajustes a la baja en sus pronósticos de crecimiento para este 2016 al considerar riesgos “significativos” por las políticas proteccionistas en el entorno global debido a los vínculos financieros y comerciales que tiene el país, por lo que urgió estar alertas sobre posibles choques.

Así, el organismo financiero estimó que la economía de México crecerá este año 2.1% y a una tasa similar en 2017. Este pronóstico también consideró afectaciones por la volatilidad de los mercados financieros y una posible nueva caída en los precios del petróleo.

En ese escenario, el FMI recomendó "continuar con la implementación de la agenda de las reformas estructurales debería ayudar a elevar el potencial de crecimiento en un mediano plazo”, señaló el reporte del FMI sobre la Consulta del Artículo IV de México.

Además, hizo énfasis en la necesidad de impulsar los ingresos fiscales en el mediano plazo para evitar limitar excesivamente el gasto de capital. Y otras medidas como elevar las contribuciones de las pensiones en el sistema de contribución ya definido, ayudaría a asegurar adecuadas tasas de remplazo de pensiones y disminuir las presiones en el gasto público social en el futuro.

En esta misma línea, también recomendó fortalecer aún más el marco fiscal, incluyendo la mejora del vínculo entre los niveles deseables de deuda pública y los objetivos de déficit fiscal a mediano plazo.

En cuanto al papel del banco central, dijo que la decisión de Política Monetaria debería permanecer impulsada por los datos y urgieron a las autoridades a estar vigilantes, señlando que la tasa cambiaria flexible debería continuar actuando como pieza clave para absorber los choques y ayudar a la economía a ajustarse a los choques externos.

Finalmente, afirmó que tiene confianza en que nuestro país cuenta con fuertes fundamentales y un marco de políticas que continuarán ayudando a la economía. Además, consideran que los impulsos de la economía vendrán del consumo interno, el incremento de las remesas y la mejora en las condiciones del mercado laboral.

Pero por otro lado, observan que se verá debilidad de la actividad industrial estadounidense que provoca menor demanda de las exportaciones manufactureras de México y una desaceleración de la inversión en maquinaria y equipo.