Hay un cambio de ánimo en el Gobierno de cara a la ronda final de la renegociación del TLCAN en abril. Luis Videgaray entiende que la Casa Blanca finalmente da señales de moderación y espera concretar la renovación del Tratado antes de la temporada electoral en México.

Es un giro radical en las expectativas porque hace un mes el entorno de Ildefonso Guajardo abonaba la tesis de que ya era casi imposible cerrar un nuevo acuerdo antes del proceso electoral. Pero ahora la visión del jefe de la diplomacia mexicana es distinta.

Una nueva percepción cimentada en diversas aristas. Por un lado la incursión de Robert Lighthizer al Capitolio en la cual el representante comercial de Donald Trump dijo, sin dar demasiados detalles, que ya había un horizonte de acuerdo con México para solucionar la controversia de las reglas de origen. En ese mismo discursó alertó sobre el riesgo de que AMLO gane las elecciones.

Hay otros datos menos visibles. Por ejemplo, diversos reportes de la embajada en Washington que llegan a la Cancillería alegan que si bien Gary Cohn (globalista y pro TLCAN) dejó su oficina en el ala Oeste, todavía mantiene su influencia sobre Trump y lo visita con frecuencia.  Algo que sería habitual en esta administración dado que ex asesores como Corey Lewandowsky o Sebastian Gorka también siguen visitando al presidente en encuentros a solas, según ha revelado el portal Politico.

En paralelo el reemplazo de Cohn, apuntan en Cancillería, se está revelando en sus primeras reuniones como un adalid del TLCAN. Larry Kudlow es un comentarista de TV que tuvo su mejor momento en los 80 cuando fue segundo de Arthur Laffer, el asesor de política económica más importante del gobierno de Ronald Reagan. En el empresariado mexicano del sector automotriz ven viable que Kudlow introduzca la resolución al debate sobre reglas de origen: elevar el contenido regional al 80% pero quitar la cuota de un 50% para la industria estadouniense. 

A esto se suma la carta de los generales del Pentágono abogando en favor del TLCAN y sus beneficios. Todo un nuevo escenario que se despliega en consonancia a que AMLO sube en las encuestas, ataca las reformas estructurales  y adquiere un aura de personaje imprevisible para la política de EU. El establishment político de Washington comienza a mesurar los riesgos de no cerrar la renegociación con el actual Gobierno.