La economía mexicana no logró recuperarse al final del año y por el contrario, en el cuarto trimestre tuvo su pero desempeño durante el 2017 en su comparativo anual, con crecimientos débiles en los sectores de servicios y agropecuarios, que durante el año, fueron el principal mostro de crecimiento.

Las cifras que publicó este viernes el INEGI, revelan que el Producto Interno Bruto (PIB) creció durante los meses de octubre a diciembre en 0.8% frente al tercer trimestre de 2017, mientras que en el comparativo anual, avanzó 1.5%.

Estos datos estuvieron por debajo de la estimación del instituto, que había pronosticado que el trimestre crecería 1% frente al periodo anterior. La diferencia se debió a que en el sector agropecuario esperaban un crecimiento de 3.1%, pero en el trimestre, solo crecieron 2.1% frente al tercer periodo del año.

Las actividades terciarias, o de servicios, también tuvieron un crecimiento ligeramente menor al esperado, pues se esperaba un avance de 1.2% y el avance fue de 1%, mientras que la industria cayó 0.1% y ellos esperaban en el mismo porcentaje, un avance.

En cuanto a los comparativos anuales, las actividades agropecuarias mostraron un crecimiento importante de 4.1%, el mayor motor en el trimestre y en sí, durante el año. Principalmente por las exportaciones agropecuarias a Estados Unidos, que no se han detenido, a pesar de la incertidumbre.

Los servicios, avanzaron 2.3%. Este sector de la economía también mostró un dinamismo sano y en opinión de los analistas, sobre todo se sostuvo en el centro del país, muy impulsado por el turismo. La industria (o actividades secundarias) por su parte continúo con caídas, en este periodo fue de 1%.

En esta parte de la economía, la minería resultó muy afectada por la caída de los precios en los commodities, como el petróleo. A inicios del sexenio también estuvo afectado por la caída en el sector constructor, por lo que los resultados negativos han sido una constante en la administración de Enrique Peña Nieto y la expectativa es que las inversiones derivadas de las rondas petroleras y las subastas eléctricas permitan un empuje en adelante.

"Este sector ha impactado más a la economía que la incertidumbre por el Tratado Comercial", opinó Arturo Carranza.

Un crecimiento razonable

El crecimiento de 1.5% en este trimestre, ha sido de los más bajo para un cuarto trimestre en los últimos cuatro años. Por ejemplo, en 2014, el avance fue de 2.8%, en 2015 de 2.5% y en 2016 de 2.4%.

¿Por qué esta caída? De Carranza, analista del Instituto de Administración Pública (INAP), explica que hay que leerse con cuidado esta reversa, pues se debe tomar en cuenta el escenario de la economía al último trimestre del año: con una alta volatilidad ante la incertidumbre del TLCAN, inflación alta (cercana al 7% y mayores tasas de interés.

"Con estos dos puntos, el avance registrado es un crecimiento razonablemente positivo", aseguró en diálogo con LPO. En su lectura, "la incertidumbre no afectó tanto a la economía como se preveía a inicios de año y la actividad económica no se ha detenido".

Si bien la caída no fue tan severa como pudo esperarse a inicios del año bajo el contexto en que se encontró el país, Carranza también reconoce que no todo se debió a factores externos. Como se ha explicado, la baja inversión jugó un papel importante para no dinamitar el crecimiento económico.

"En los primeros dos años no se implementó el Plan de Infraestructura y eso pegó mucho. Cuando arrancó el Gobierno cayeron los precios del petróleo y ni Pemex ni el Gobierno tuvieron una reacción pronta. Eso pegó mucho", consideró. Recordó también que al inicio del sexenio había una expectativa de crecimiento de 5%, del cual nos seguimos lejanos.