Se multiplican las reuniones en el empresariado por los aranceles que el Gobierno estableció a 544 productos para contener el comercio con China y preservar el nearshoring. Según pudo conocer LPO, en sectores como el textil y el aluminio hay malestar con Raquel Buenrostro pero desde la Secretaría de Economía piden esperar hasta que termine el periodo electoral en Estados Unidos.

Según han explicado en privado diversos funcionarios, los aranceles son un gesto a la política doméstica del país vecino donde tanto los demócratas como los republicanos tienen un discurso cada vez más hostil hacia China. Los aranceles también afectan el comercio con Brasil y con otros países de Asia como Corea del Sur.

Para los empresarios es un escenario complejo porque los enfrenta a carencias en su cadena de proveedores y, además, golpea su rentabilidad.

La semana pasada Andrés Manuel López Obrador le había anticipado estas medidas a Elizabeth Sherwood-Randall, asesora de seguridad de la Casa Blanca y la funcionaria de Joe Biden dedicada a contener el avance chino en México.

El origen de las medidas que ahora implementa Buenrostro proviene de una reunión de diciembre entre Rogelio Ramírez De la O y la secretaria del Tesoro Janet Yellen, quien advirtió el problema de la presencia asiática en el comercio mexicano.

En la misma dirección jugó Katherine Tai, representante comercial de la Casa Blanca y el principal enlace de Biden con los sindicatos que respaldan a los demócratas y que respaldan la retórica anti China.

Los demócratas cada vez ponen más trabas a productos tecnológicos chinos en Estados Unidos así como también a diversas plataformas digitales y de entretenimiento.

Un escenario muy similar tendría lugar de ganar las elecciones Donald Trump, que fue el artífice de los aranceles a China en su primera presidencia y regresaría al Ala Oeste con asesores de la misma tendencia como el exembajador Robert Lighthizer, que fue quien renegoció el T-MEC con México.

Las medidas comerciales del Gobierno apuntan además a moderar las tensiones luego de una semana en la que López Obrador criticó duramente al Departamento de Estado por el informe sobre los Derechos Humanos en México.