La recaudación es un tema de preocupación ya recurrente entre los que analizan el panorama fiscal de México al final de esta administración y por eso, crece la presión para que "gane quien gane" empuje una nueva reforma fiscal.

Analistas del CIEP han venido empujando este tema desde que conocieron la propuesta del nuevo paquete presupuestal para 2018. En septiembre recién entregado el paquete al Congreso, analistas de este centro de estudios dijeron que el próximo gobierno "no la va a pasar bien fiscalmente".

"No importa el color, con este paquete al siguiente Gobierno se le entregará un sistema fiscal mexicano frágil y con decisiones difíciles que se tendrán que tomar en el corto plazo", dijo entonces su director, Héctor Villarreal.

Recientemente los analistas de BBVA Bancomer muestran preocupaciones en el mismo sentido. De acuerdo con el economista en jefe de este banco, Carlos Serrano, el país seguirá enfrentado presiones en el gasto durante los próximos años. En su apreciación preocupa sobre todo el pago de pensiones y las jubilaciones.

Para ellos, es fundamental que el país haga un esfuerzo adicional en aumentar la recaudación, pues explica que con la reforma de pensiones de 1997 "se estableció que todo aquel que estuviera trabajando en ese momento o antes, tenía derecho a jubilarse en el régimen viejo, y eso va a significar que las asignaciones del gasto de pensiones crezcan".

Otro tema que preocupa es que el costo financiero y las participaciones federales a los estados también presionarán el gasto en el mediano plazo. Ejemplificó que la Secretaría de Hacienda prevé que las participaciones y el costo financiero representen el 3.6 y 2.7 del PIB en el 2023, respectivamente.

Desde esta institución bancaria no viene una crítica fuerte a la actual reforma, pero sí señalan que abría que lograr "algo más". Y agrega: "Va a ser todavía más importante hacerlo en este contexto de mayores presiones fiscales que veremos en los siguientes años".

En su opinión, una nueva reforma fiscal tendría que contemplar un IVA generalizado -sin dejar fuera alimentos y medicinas- y se debe incrementar el ahorro voluntario y el obligatorio por parte de los trabajadores.