La consecuencia de que en la ronda de renegociación del TLCAN no se aborden cuestiones trascendentes ni se acuerden textos conjuntos es que hasta el momento la conversación no presiona el rendimiento del peso mexicano. Se esperaba que en esta tercera ronda de Ottawa se conocieran determinaciones sobre arbitraje, salarios, reglas de origen y sector automotriz las cuáles podrían haber surtido efecto en la moneda. Pero nada indica que vaya a ocurrir.

En las dos primeras rondas de negociación  del Tratado no hubo casi fluctuaciones y la moneda flotó entre los 17.50 pesos por dólar y los 18 pesos. Y en esta tercera ronda tampoco habrá grandes alteraciones. Un dato del mercado: el mercado de futuros de Chicago le apostó fuerte al peso durante la semana previa a la renegociación.

Este es el costado más positivo de una situación que puede volverse muy complicada si siguen pasando las rondas y no surgen acuerdos: México y EU afrontan elecciones en 2018 y eso podría afectar las conversaciones entre los socios del acuerdo.

El peso no se mueve porque no se abordan temas candentes. EU había propuesto incluir una cláusula de revisión del acuerdo que entrara en vigor cada cinco años. Esto generó rechazo en el empresariado de EU que no ve seguridad jurídica ante un acuerdo quinquenal. El tema apenas apareció en Ottawa.

Tampoco se habló de eliminar el Capitulo 19 donde EU pide que los paneles de resolución de controversias sean opcionales. El tema queda para la próxima ronda en Washington al igual que las reglas de origen por país.

Hasta ahora las cuestiones en las que se avanza son telecom, pymes y facilitación de comercio.