Si bien México venÃa siendo afectado por diversos fenómenos climatológicos y un terremoto en el sur del paÃs, el nuevo sismo vuelve plantear la cuestión de cómo afectará este evento a la macroeconomÃa. O, en todo caso, si la acumulación de desastres naturales terminará teniendo un efecto negativo, justo cuando el gobierno cree que finalmente las reformas estructurales están contribuyendo al crecimiento.
Tomando como referencia el sismo de 1985, se podrÃa afirmar que, efectivamente, pueden haber consecuencias en el corto plazo para el crecimiento económico. De hecho, luego de aquel nefasto terremoto, el PBI fue afectado de un 2.1 a un 2.4 por ciento según estimaciones de la CEPAL. Aun asÃ, a diferencia de aquel antecedente, actualmente se cuentan con mayores recursos para paliar los daños ocurridos. Al mismo tiempo, como lo aseguró Luis Madrazo, titular de la Unidad de Planeación Económica de la SecretarÃa de Hacienda y Crédito Público, el estado de las finanzas públicas es lo suficientemente sólido.
Adicionalmente, el funcionario destacó que debe considerarse que los daños generados por el sismo ocurrido hace tres décadas fueron mucho más significativos por la falta de preparación algo que, afortunadamente, en esta ocasión fue diferente.
En este sentido, es preciso recordar que México posee un seguro contra desastres naturales. El Fondo de Desastres Naturales cuenta actualmente con 9 mil millones de pesos que con los recursos solicitados para el año siguiente llegarÃan a los 15 mil millones. En adición a ésta cifra, se podrá disponer además de hasta 150 millones de dólares gracias a la existencia de un bono catastrófico.
Sin embargo, la mayorÃa de los analistas privados coincide que habrá una incidencia sobre el crecimiento al menos en el tercer trimestre de este año. Asimismo, se consensuó que el impacto se dará más a nivel regional y sectorial que a nivel nacional. En ésta lÃnea serán las actividades de Ciudad de México, Puebla y el Estado de México las que se verán más afectadas en el corto plazo. En lo que concierne al análisis sectorial, los rubros más afectados serÃan los de infraestructura de carretera y portuaria, el sector turÃstico y la industria hotelera.
Según el análisis efectuado por el economista urbano David Cuberes, si se tienen en cuenta diversos estudios realizados para medir el impacto de los desastres naturales sobre las variables macroeconómicas y el crecimiento, la evidencia empÃrica parece indicar que los efectos suelen ser temporales y relativamente pequeños. De hecho, la caÃda en la actividad de ciertos sectores suele ser compensada por el inmediato aumento de otros tales como el sector de la construcción el cual termina afectando positivamente al empleo.
"Esto no sugiere de ninguna manera que no sea conveniente invertir en polÃticas de prevención de estos desafortunados eventos ni escatimar recursos para ayudar a sus vÃctimas", agrega Cuberes.
A pesar de los antecedentes que marcan proyecciones alentadoras en la evolución de la economÃa, conviene ser cautos y esperar a que se determine la magnitud del daño material asà como las necesidades de financiamiento para hacer frente al mismo. No es una novedad el hecho de que este tipo de eventos suele perjudicar con mayor intensidad a los paÃses en vÃas de desarrollo y con altos niveles de vulnerabilidad económica y social, como es el caso de México.
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