Brasil celebrará elecciones municipales el próximo 16 de octubre y tanto Lula como Bolsonaro ocuparán un rol protagónico. Los comicios locales en Brasil suelen tener lógicas mas alejadas con las peleas nacionales, sin embargo, las dos principales fuerzas polÃticas del paÃs medirán poder territorial.
En el caso del PT buscan recuperar el poder polÃtico perdido en las elecciones de 2016 cuando al calor de la destitución de Dilma Rousseff y las acusaciones de corrupción, sufrieron una debacle de la que todavÃa no pudieron recuperarse.
En 2020 no ganaron ninguna capital estatal y actualmente gobierna 182 ciudades, menos de la mitad de las que gestionaba dos décadas atrás.
Por este motivo, Lula será el gran elector para que su partido vuelve a estar en la centralidad de las grandes ciudades del paÃs como São Paulo, RÃo de Janeiro, Brasilia, Porto Alegre o Belo Horizonte dado que en el interior del paÃs los partidos del Centrao (bloque de partidos que controlan el Congreso) suelen tener hegemonÃa.
No será una tarea sencilla porque todos los partidos que forman parte del gobierno van con candidatos separados, el equilibrio será fino para el presidente.
El lÃder del PT tiene una obsesión con San Pablo. AllÃ, Lula apoya a Guilherme Boulos del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) que acaba de cerrar un acuerdo con el PT que incluye a la histórica dirigente Marta Suplicy, dos veces alcaldesa de San Pablo. La paradoja del escenario paulista es que el vicepresidente Geraldo Alckmin apoya a Tabata Amaral, competidora de Boulos.
El PT viene de perder la alcaldÃa en 2016 con Fernando Haddad en manos de Joao Doria y en 2020 obtuvo un catastrófico 8 por ciento. Ahora no lidera pero buscará formarte secundando a Boulos.
La misma estrategia piensa el PT para RÃo de Janeiro, donde el candidato más fuerte es el actual alcalde Eduardo Paes, que no integra el partido de Lula pero ha sido un aliado desde las elecciones generales de 2022. Paes es un politico habilidoso y pragmático que se acercó a Lula para enfrentar al bolsonarismo, que es fuerte en territorio carioca.
Por eso, en privado todos reconocen que el candidato de Lula es Paes pero en el partido quiere formar parte de la etapa que se viene, especialmente porque el actual alcalde es número puesto para competir por la gobernación en 2026.
En el PT quieren la vicealcaldÃa y los nombres que suenan son dos mujeres: la secretaria de Medio Ambiente, Tainá de Paula, y Anielle Franco, hermana de Marielle y actual ministra de Igualdad Racial.
Fuentes de la alcaldÃa de RÃo consultadas por LPO aseguran que "no hay ninguna posibilidad de que algunos de sos hombres sean vice-alcaldesas" pero reconocen que la negociación con Lula podrÃa derivar en otros dirigentes.
En el bolsonarismo tienen como objetivo convertirse en el partido con mas cantidad de alcaldÃas del paÃs y mostrar musculatura de cara al armado de listas para 2026.
En ese marco, Bolsonaro están en plena disputa con el presidente de su partido (el Partido Liberal) Valdemar Costa Netto tras elogiar a Lula en una entrevista y sugerir que fue perseguido por Sergio Moro. Este gesto, habitual para un polÃtico de fuste como Valdemar, es inaceptable para el bolsonarismo que hizo de la confrontación y la violencia un manual de estilo de la polÃtica.
El ex presidente está inhabilitado pero demostró que tiene una enorme capacidad de daño para condicionar a los dirigentes que buscan un vuelo propio. Eso hace que todos aquellos que aspiren a ganar la alcaldÃa de una ciudad importante necesite de la narrativa de la polarización y, en consecuencia, la bendición bolsonarista.
En la carrera por derrotar a Lula en todos los ámbitos, Bolsonaro descartó apoyar a los candidatos de su partido y se inclinó por el actual alcalde, Ricardo Nunes, que intentó conseguir el apoyo de Lula pero ante la negativa terminó acudiendo a la vereda de enfrente.
En RÃo de Janeiro, el ex jefe de estado está haciendo campaña por el ex jefe de la Agencia Brasileña de Inteligencia, Alexandre Ramagem, quien actualmente es Senador. Bolsonaro nombró a Ramagem en 2020 como director de la PolicÃa Federal pero tuvo que revocar el nombramiento luego fuertes acusaciones en su contra por presunto abuso de poder y en medio de una investigación de la Corte Suprema por obstrucción a la Justicia.
El ajuste fiscal de Lula agita la interna en el PT de Brasil y calienta la sucesión
Como vemos, Lula y Bolsonaro volverán a ser protagonistas de una batalla electoral que por mas que contenga elementos locales, estará contaminada por la extrema polarización polÃtica, la intención de plebiscitar la gestión de Lula y los cálculos pensando en las presidenciales de 2026.
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