Un joven de 25 años irrumpió en una guarderÃa infantil con un arma blanca y mató a cuatro niños en Santa Catarina. Hace dos semanas, un adolescente de 17 años ingresó en su escuela de San Pablo y asesinó a su maestra, ese caso, el jóven venÃa dando señales a través de mensajes racistas y su simpatÃa con grupos de ultraderecha.
Otro caso, también en San Pablo, un adolescente brasileño de 17 años que reivindica al nazismo y llevaba un brazalete con la cruz esvástica fue detenido a fines de marzo luego de arrojar dos bombas incendiarias donde pretendÃa realizar una masacre.
Una diputada de Bolsonaro apuntó con un arma y persiguió a un hombre en San Pablo
Una de las herencias del bolsonarismo en la movilizaciones de grupos que apoyan ideas extremistas como abrazar la tesis anti-globalista o plantear que hay una lucha contra el comunismo en todo el planeta. El otro elemento que también aparece en el cuadro de análisis es la consecuencia de la polÃtica a favor del uso de armas impulsada por Bolsonaro que, si bien algunos casos los hechos se ejecutan con armas blancas, lo hacen en un contexto de apologÃa a armarse y de fácil acceso gracias al proceso de adquisición.
Una fuente cercana al gobierno de Lula que trabaja en el tema dice que "eso es un foco. Yo personalmente doy un paso hacia atrás. No veo como la polÃtica armamentista por sà sola, sino que una polÃtica que invoca un afecto de hÃper-masculinidad, un ethos guerrero, que legitima que las disputas se pueden zanjar por la fuerza".
"Me parece que hay ese caldo de cultivo en distintas comunidades online como en los Redpill (hombres que dicen que el feminismo controla el planeta), en esos grupos de pibes que se juntan en "4chan" para chatear sobre matar gente en sus colegios y también en el mundo Bolso-olavista", añade esta fuente.
¿Qué es lo que explica dos hechos similares en tan poco tiempo? Michele Prado es analista y autora de los libros "Tempestad Ideológica y Red Pill - Radicalización y Extremismo" asegura a LPO que "no son casos aislados. Estamos viviendo un proceso de radicalización on line principalmente entre jóvenes y adolescentes".
"Los discursos extremistas están normalizados en el debate público, salió del margen para ubicarse en el centro. Existen muchas subculturas extremistas on line cada vez más violentas con presencia en plataformas sociales como Facebook, Youtube, Discord, Telegram, Twitter y WhatsApp", agregó la escritora.
Prado destaca que el discurso extremista se está centralizado en las escuelas. Según un informe realizado por Prado sobre el joven de San Pablo, el agresor estaba inmerso en una subcultura de adoración y glorificación de atentados terroristas, asesinatos en masa, bombas suicidas y violencia extrema. También compartÃa videos para la fabricación de bombas, todo con conexiones en sitios digitales de consumo masivo de extrema derecha como True Crimen Community relacionadas a la cultura "Red Pill", un espacio de debate sobre un cambio radical de extrema de derecha. En Tik-Tok este tipo de contenidos tienen 344 millones de visualizaciones.
"La progresión de este tipo de ataques en escuelas es alarmante. De los 22 ataques registrados desde 2000, 10 son a escuelas y ocurrieron en los últimos 13 meses", apunta Prado. El número aumenta si se cuentan los intentos frustrados. Brasil, a este ritmo, y con el crecimiento de la cultura armamentista y una circulación de armas descontrolados tras la liberación para el acceso desde 2019, puede convertirse en un epicentro de violencia como en Estados Unidos.
La analista enfatiza que la edad donde se empieza a consumir estos contenidos y participar de estas sub-culturas es a partir de los diez años y diseminar esos contenidos de violencia, supremacismo y otros materiales similares. "El asesino de Santa Catarina usó arma blanca para tener lo que se conoce un objetivo de alta puntuación, es decir, conseguir más vÃctimas fatales", añadió.
Por último, Michele Prado sostiene que "estas subsculturas no están jerarquizadas, no tiene un lÃder sino que son pequeños liderazgos, son decenas de espacios que se van conectando con grupos neonazis y de extrema derecha trasnacional".
La polÃtica no está ajena a esta discusión, el bolsonarismo defiende a capa y espada la portación de armas, muchos dirigentes se muestran armadlas y consideran, como el propio Bolsonaro y sus hijos, que es la única manera de combatir el crimen y la delincuencia.
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