Los últimos cinco presidentes de China han sido ingenieros: ¿Llegó el momento del cambio en la Argentina? |
Hace dos años
atrás, inaugurando el Congreso de Abogacía Estatal, Mauricio Macri llamó la
atención a la audiencia sobre la circunstancia de que en China, los últimos 5
mandatarios habían sido ingenieros, y en la Argentina, abogados. Reclamó entre risas de la audiencia, una
oportunidad para los que como él, obtuvieron su título de Grado en Ingeniería.
Los romanos, a menudo visitados en esos congresos, tenían una visión muy clara de la justicia: por sobre todas las cosas, era un método de restablecer equilibrios perdidos.
Tras doce años de poder kirchnerista, con altos, bajos, y un gobierno final decididamente malo, la disyuntiva de continuidad o cambio está mostrándose como favorable al cambio. En un sentido, es también, el restablecimiento de un equilibrio abandonado, el que produce la rotación democrática de dirigentes en el poder.
Por supuesto, además de un cambio de personas, es fundamentalmente, un cambio de pensamiento: menos épica en el discurso, y más cosas concretas.
En ese sentido, Macri ha encarnado, más que su adversario, un humor social que no fue advertido por el oficialismo en fade out. Aún sin entusiasmar a muchos de sus votantes, está claro que quienes optan por Cambiemos y aún algunos que no lo han hecho hasta hoy, están reclamando que las inauguraciones de hospitales, por caso, tengan menos explicaciones autoreferenciales y sean seguidas, luego del corte de cinta, por un edificio que cumpla su función.
Con cierto aire de superioridad moral, sectores kirchneristas expresan un equívoco fenomenal cuando tienen que definir su adversario. Se comportan como unos insólitos náufragos que tras llegar a una isla desierta, luego de asegurar el reparto de comida, se negaran a efectuar construcciones para resguardarse, o para obtener agua potable, o aún imaginar cómo salir de la isla desierta porque todo ello sería “volver al pasado”.
De tal modo, pareciera que la sociedad no busca con el apoyo a Mauricio Macri, solamente un cambio en las formas, sino que expresa la aspiración de que el Estado y la actividad privada colaboren, que haya orden en la gestión y esfuerzo estatal para que cumpla con su propósito primordial, ocuparse de los ciudadanos.
Pareciera haber un reclamo de que tras años de palabras y relatos, surjan nuevos hechos concretos, acciones, nuevas obras, en fin, lo que se espera de un buen ingeniero, es decir, que haya hecho correctamente el trabajo, y no solo tenga fe o un relato consistente sobre la solidez de la obra.
Se trata de una oportunidad dorada, pese a que gobernar no será fácil, para encarnar esta innegable necesidad de que encontremos soluciones, antes que explicar los problemas, con espíritu de búsqueda y creación.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.