
Finalmente, los barones socialistas han llegado a Madrid para escenificar el malestar ante un Pedro Sánchez que necesita unidad dentro de su partido. "La historia del PSOE es una tarea colectiva donde debe prevalecer el interés general", aseguró el líder de los socialistas, en un intento de calmar las aguas por los cambios de último momento en las listas. El encuentro estuvo marcado por ausencias sonadas y reprimendas de quienes asistieron.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el de Aragón, Javier Lambán, resolvieron quedarse en sus casas luego de que sugirieran un apoyo de mala gana al presidente del Gobierno. El último cambió de parecer tras la renuncia en bloque de al menos 15 de los candidatos al Congreso y al Senado por los cambios de último momento. Acusan a Ferraz de haber desoído a los comités provinciales.
El castellano-manchego enfureció por el intento reemplazar a Sergio Gutiérrez, secretario regional de Organización, por la alcaldesa de Toledo en funciones, Milagros Tolón, como cabeza de lista por la provincia homónima. Moncloa también metió su mano en las listas Valencia y Alicante y dejó a Ximo Puig en una posición incómoda. "Yo me siento representado por más de 700.000 personas de la Comunidad Valenciana, que ha sacado el mejor resultado en 16 años", admitió el presidente saliente de la Comunidad Valenciana.
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"¿Alguien ha escuchado una propuesta económica del PP? Nosotros tenemos a Nadia ellos tienen a nadie", ironizó Sánchez sobre la ministra de Asuntos Económicos, en un discurso de ánimo y para romper el hielo entre los descontentos. Un hombre cercano al presidente despeja la incertidumbre. "Nada se compara con 2016", dice a LPO, en referencia al comité federal en el que se echó a Sánchez.
Sin embargo, Sánchez tiene que lidiar con un humor caldeado. Un crítico de una de las federaciones tocadas por los cambios de Ferraz se pregunta cómo "se puede cabrear tanto a tanta gente". Es que incluso un incondicional como Juan Tudanca, secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, admitió estar "enormemente decepcionado e indignado" por modificaciones en las listas de Ávila y Valladolid.
Responsabilizan a Sánchez por privilegiar a los suyos y desestabilizar a los jefes territoriales, enfrentándoles con secretario provinciales y referentes municipales. Uno que sí le respalda es Juan Lobato, para quien "es la candidatura del presidente del Gobierno, que la encabeza él y que cuenta con su equipo más próximo entre los que se encuentran los ministros". "Todas las listas son complejas porque hay mucha gente que quiere estar, muy válida, pero los espacios son los que son", defendió el líder de los socialistas de Madrid.
Francina Armengol, presidenta en funciones de las Islas Baleares, encabezará la lista al Congreso por Baleares, una decisión pactada con Moncloa. "Es un momento absolutamente trascendente para España y desde los socialistas de Baleares, como siempre, vamos a luchar intensamente para hacer posible evitar un gobierno de PP y Vox", dijo en un mensaje dirigido a los barones enfadados con Moncloa.
Sánchez hizo un reconocimiento a los barones que cayeron a manos del PP, como el caso de Textremeño Guillermo Fernández Vara o la riojana Concha Andreu. "todos los que habéis gestionado gobiernos locales y autonómicos de forma absolutamente ejemplar e intachable, protegiendo a la gente en los momentos difíciles, creando riqueza, justicia social y bienestar", sostuvo el líder nacional del PSOE.
No son pocos los asistentes al comité que anticipan el último liderado por Sánchez. Apenas confía en que revertirá la situación con sus afines en las listas y la postura de ignorar las propuestas de los territorios. Sánchez sabe que este sábado puede ser el pistoletazo de salida a su revalidación en las urnas o al fin de su vertiginosa carrera. El presidente necesita más que la cuestionada unidad de su partido.
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"La unidad es la primera muestra de responsabilidad", dijo Sánchez en alusión al acuerdo in extremis entre Podemos y Sumar. Esa unidad "evita dispersar energías y deja atrás el ruido estéril", aunque no se sabe si Sánchez pensaba en la plataforma electoral a su izquierda a su propia formación, que va a unas elecciones con listas parcialmente representativas y un programa electoral que todavía espera su ratificación.
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