La polÃtica española del ciclo 2019-2023 se medirá con un AA (Antes de AndalucÃa) y un DA (Después de AndalucÃa). El tablero -las proyecciones, las aspiraciones, los cálculos- cambió radicalmente tras abrirse las urnas en la región más poblada del paÃs (más de 8,5 millones de personas).
La foto detalle, el encuadre más chico, tiene a Juanma Moreno como protagonista. El lÃder andaluz ha logrado lo impensado: 42% de los votos, 57 diputados y la anhelada mayorÃa absoluta. La contundencia de su triunfo tiene un cariz histórico para los populares.
Moreno obtiene más del doble de escaños y de apoyo en las urnas en relación a las autonómicas de 2018 (cuando logró 26 diputados y el 20,8% de los votos) y rompe todos los techos históricos del partido en AndalucÃa.
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La foto panorámica, el encuadre más amplio, tiene a Alberto Núñez Feijóo, como el gran ganador de esta contienda electoral. El nuevo caudillo de Génova teje un éxito que lo catapulta a la Moncloa. Anula a Vox desde la moderación y somete al Psoe a un traspié polÃtico que lo deja al borde del nocaut.
Los socialistas, con Juan Espadas a la cabeza, tocan fondo. Empeoran la elección de 2018, cuando el partido dilapidó su hegemonÃa en esta región, pierde tres escaños y bajan del millón de votos, una cifra impensada años atrás.
La izquierda también retrocede con fuerza: Por AndalucÃa --que integra a IU y Podemos con otras fuerzas de izquierda-- y Adelante AndalucÃa --liderada por Teresa RodrÃguez--, se quedan muy lejos de los 17 escaños que lograron conjuntamente en 2018 y obtienen por separado menos de la mitad.
AndalucÃa deja en pánico al gobierno de coalición liderado por Pedro Sánchez. Moncloa esperaba un mal resultado, pero no tamaño golpazo. Su esfuerzo de gestión, traducido en decenas de polÃticas públicas para mejorar el bolsillo de las clases populares y medias en un contexto internacional muy adverso (primero pandemia, después guerra) no se traduce en papeletas.
La narrativa -igual o más importante que la gestión- está monopolizada hoy por la derecha, que ha hecho del "Sánchez dimisión" (un latiguillo de la pandemia) un sólido lema de campaña de cara al 2023. La urgencia de sacar al "socialismo-comunismo" de Moncloa sigue calando con mucha fuerza en el electorado menos movilizado en términos polÃticos.
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Vox, Macarena Olona y Santiago Abascal integran este el equipo de "perdedores" de estos comicios en AndalucÃa. La ultraderecha alcanza los 14 diputados --sólo dos más que en la actualidad--, y sube apenas 100.000 votos, muy lejos de lo esperado.
Abascal se jugaba muchÃsimo en estas elecciones regionales. No solo porque bajó a uno de sus activos más importantes de Madrid (Olona), sino porque AndalucÃa era el peldaño de la "normalización" (la lógica de gobernar con el PP) para arrinconar a Feijóo en 2023. El lÃder ultraderechista sufre su primer gran revés y su estrategia nacional se resquebraja por completo.
Otra perdedora es Isabel DÃaz Ayuso. Hasta este domingo, la presidenta de la Comunidad de Madrid se jactaba de tener en sus manos el único manual ganador para el PP pensando en los comicios generales: poca moderación, radicalización, y acercamiento a Vox. El triunfazo del tándem Moreno-Feijóo confirma que la centro-derecha tiene espalda para erradicar los discursos más extremistas dentro de Génova.
Otra extrapolación nacional de las urnas andaluza es la confirmación de la desaparición de Ciudadanos de la polÃtica representativa. Los naranjas pierden medio millón de votos y, con el 3,2% de los sufragios, se quedan fuera del Parlamento andaluz, donde logró 21 diputados hace tres años y medio para convertirse en socio de gobierno del PP. El nuevo varapalo, tras desaparecer en la Comunidad de Madrid y quedarse con un solo escaño en Castilla y León, ratifica la extinción del partido.
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