La dirección nacional del PP dio marcha atrás con la decisión de expedientar a Isabel Díaz Ayuso. Génova dio por aceptada la documentación que remitió el gobierno de la Comunidad de Madrid sobre el contrato que benefició al hermano de la mandataria. Al parecer, el líder del PP se lo habría comunicado a la propia Ayuso en un encuentro que mantuvieron ambos dirigentes ayer viernes por la tarde.

Génova había filtrado a la prensa que la reunión en la sede nacional del partido había sido un principio de solución a la crisis desatada tras el escándalo de presunto espionaje que denunció la mandataria madrileña días atrás. Sin embargo, desde Puerta del Sol se calificó de "infructuoso" el cara a cara entre el líder partidario y Ayuso. Con el cierre del expediente informativo, Casado busca zanjar la disputa y preservar su liderazgo.

El PP inicia un expediente contra Ayuso y abre las puertas a su expulsion

Desde que estalló la guerra interna en el PP, los barones y figuras influyentes del partido exigieron a Casado que resolviera cuanto antes la diferencia con Ayuso, en medio de la sangría de votantes y del avance de Vox. Uno de los más insistentes fue el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, vocero extraoficial de los líderes territoriales. En Génova temen que los pedidos de dimisión por parte de Cayetana Álvarez de Toledo y Esperanza Aguirre se conviertan en una bola de nieve que anime a dirigentes destacados del partido en esa dirección. 

Desde que estalló la guerra interna en el PP, los barones y figuras influyentes del partido exigieron a Casado que resolviera cuanto antes la diferencia con Ayuso, en medio de la sangría de votantes y del avance de Vox

Según fuentes de Génova, Casado le explicó a Ayuso ayer viernes que estaba enfocado en "la necesidad de unir el partido y seguir defendiendo junto a todos los militantes del Partido Popular el mejor proyecto de futuro para España". Pero en la decisión de la dirección nacional influyeron varios factores. El principal es la popularidad de Ayuso y el respaldo público y privado que recibió en las últimas horas, pese a no contar con el blindaje del aparato partidario.

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Con todo, el cierre del expediente no responde solo a la gracia de la cual disfruta la presidenta de Madrid en las encuestas, sino el escándalo de un posible espionaje a Ayuso y a su entorno, que suscitó la renuncia de Ángel Carromero, director general de la Alcaldía y presunto nexo entre Génova y los espías. Carromero es una figura cerca al alcalde José Luis Martínez-Almeida y también a Casado. La prioridad, sin embargo, es salvar a Teodoro García Egea, el número dos del partido y la manzana de la discordia entre la dirección nacional y los barones, que resienten la conducción de los asuntos internos de las filas populares. 

El presidente del PP quiere evitar a toda costa un congreso extraordinario que pueda revelar las fracturas internas y, peor aún, quitarle la conducción del partido

Pese a las acciones judiciales que puede afrontar Ayuso, el cierre del expediente es un triunfo parcial. Es la aceptación implícita de Casado de que no puede enfrentar el liderazgo de la presidenta. El presidente del PP quiere evitar a toda costa un congreso extraordinario que pueda revelar las fracturas internas y, peor aún, quitarle la conducción del partido. Las voces que en privado desautorizan el rol de Casado -y sobre todo de García Egea- pronto podrían hacerse públicas y horadar aún más al PP.

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En esta guerra entre facciones, el entorno político de Ayuso aseguró que el cierre del expediente es una oferta de Génova a cambio de una comparecencia para negar cualquier tipo de investigación ilegal en su contra. De momento, la presidenta de Madrid está evaluando los daños del enfrentamiento y el margen de maniobra para reaccionar a una dirección nacional abiertamente hostil a su liderazgo.