Después del almuerzo que mantuvo con Pablo Casado, Alberto Núñez Feijóo descartó que su antecesor en el cargo fuese a regresar a la vida política y al partido que le derrocó en tiempo récord. El dirigente gallego reconoció este jueves que Casado no participará de actos del PP porque "está centrado en su actividad profesional y esa actividad no es compatible con la política".

Es cierto que exlíder del PP se ha volcado a la actividad privada después de que los miembros de la formación conservadora le eyectase de la conducción por su enfrentamiento con la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, por la comisión que recibió su hermano por la compra de mascarillas en plena pandemia. Pero la dirección ha vetado a Casado.

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Su presencia es un factor que desestabilizaría la relación de Feijóo con Ayuso. La baronesa no perdona lo que considera una traición de Casado y el extitular de la Xunta no está dispuesto a confrontar con uno de los mayores activos del PP. Para quienes llegaron a la cúpula partidaria gracias a Casado y luego le soltaron la mano, también es una figura difícil de asimilar.

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. 

Europa Press

Para un cargo central en estos momentos, Casado está "políticamente muerto" y no hay ganancia en rehabilitarle. El encuentro, dice, se produjo por un gesto de compasión por cómo se dio la salida. Además, el líder de los populares quiere sondear a Casado y evitar que irrumpa en la campaña con acusaciones a la que fue formación desde 2004, cuando se afilió con 23 años.

Casado sí está molesto por el tratamiento posterior a su caída. A diferencia de José María Aznar y Mariano Rajoy, Feijóo lo ha escondido de los actos partidarios, aunque el dirigente gallego suele decir que a Casado no le importa

El entorno niega que esté dispuesto a ventilar los trapos sucios del PP porque entiende que en la política el despoder lleva a la traición. Lo que no se sabe es si ha hecho una autocrítica o ha comprado la versión de Teodoro García Egea sobre la impaciencia de los populares por volver a Moncloa.

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Casado sí está molesto por el tratamiento posterior a su caída. A diferencia de José María Aznar y Mariano Rajoy, Feijóo lo ha escondido de los actos partidarios, aunque el dirigente gallego suele decir que a Casado no le importa. También aclara que tiene un diálogo fluido y que intercambian impresiones sobre cuestiones actuales. El contacto con sus ex aliados es nulo y no está al tanto de las internas. 

Dentro del PP deslizan que si Ayuso no cumple las expectativas de la dirección, es decir, si no gana la mayoría absoluta que tanto promocionan, podría haber un deshielo con Casado. Por el momento, todo quedó en una comida entre dos hombres que han liderado uno de los partidos más importantes de España que sueña con volver al poder.