La dirección nacional de Ciudadanos auspiciada por Inés Arrimadas se niega a disolver el partido, una posición que confronta con los cercanos a Edmundo Bal. Los resultados del domingo, esperado por las dos facciones de la formación liberal, convencieron a la cúpula de no presentarse a las generales del 23J y preservar los recursos internos para una hipotética repetición electoral. Pero ese es un argumento suspendido en el aire.
Bal ha bajado el perfil desde que su lista perdió las primarias de enero y ahora vuelve a levantar la voz para acusar a su partido de quedarse con el dinero en la caja para financiar la campaña a las europeas de 2024, a las que Adrián Vázquez, secretario general de Ciudadanos, aspira a presentarse, y de asumir la cobardÃa de los dirigentes vinculados con Arrimadas y Begoña VillacÃs.
Paco Igea también lamentó la deriva de los naranjas, enemistado en su momento con la expresidenta, pidió la dimisión de la ejecutiva y propuso crear una "plataforma de centro" en Castilla y León. Ni Igea ni Bal se plantean dejar Ciudadanos y tampoco los crÃticos con la actual conducción. "Es el partido de Inés Arrimadas y lo será hasta que se disuelva", dicen a LPO desde el grupo parlamentario de Ciudadanos.
El malestar en el sector minoritaria del partido pasa por la posibilidad de que la dirección nacional se incline por dar los votos al PP. VillacÃs lo habÃa propuesto antes de empezar la campaña, cuando se refirió a una "corriente interna" liberal dentro de Génova. Y Arrimadas ha dejado que se alimente la versión de que dará el salto a las filas populares, sobre todo porque la polÃtica jerezana no la desmiente.
Sin embargo, uno de los asesores de un dirigente de la ejecutiva asegura a este medio que era esperable la reacción de Bal y los crÃticos con la dirección y sostiene que Ciudadanos no puede ir a unas generales en las que se concentrará el voto útil de la derecha en el PP, aunque eso no signifique un aval para los populares. En el PP insisten en que ya no habrá incorporaciones desde el partido liberal.
Lo que une a uno y otro grupo interno del partido es la necesidad de preservar un espacio de centro liberal. "No somos una alternativa ahora, pero no pasa nada por aguantar", señaló Vázquez este miércoles. Por su parte, Bal dejó en suspenso la propuesta de Igea: "todas las opciones están abiertas". Pero ninguna de las partes quiere ver el elefante en la habitación, es decir, la desintegración del partido.
Bal apuesta a la derrota de VillacÃs mientras el PP apura la desintegración de Ciudadanos
Marcos Morales, quien representó a las bases en las primarias de enero, respaldó la tesis de Bal. "¿Por qué se ha elegido dejar zombi a Ciudadanos hasta las europeas en vez de disolver el partido o presentarse a las elecciones? Fácil. Asà la gran Ejecutiva sigue controlando el dinero que queda en Ciudadanos y se lo lapidan ellos. Y asà el secretario general se presenta como número uno a las europeas", escribió en Twitter.
En el fondo, los militantes y quienes desde los cargos disienten con la dirección saben que Arrimadas ha dado un paso solo de manera simbólica. "La estrategia de la lista de Inés ha consistido en más de lo mismo: tratar de competir por el voto del centro derecha, que está ya perdido", apuntó Bal.
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