
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, anunció este jueves la composición de su nuevo Gobierno, un Ejecutivo totalmente renovado, con el ascenso de cargos intermedios de la anterior legislatura y la eliminación de la Vicepresidencia.
El viceconsejero de Presidencia, Miguel Ángel García, liderará la consejería de Presidencia, Justicia y Administración Local; la viceconsejera de Política Educativa, Rocío Albert López-Ibor, dirigirá la Consejería de Economía, Hacienda y Empleo, y el viceconsejero de Interior y director de la Agencia de Seguridad y Emergencias Madrid 112, Carlos Novillo, será el encargado de la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e Interior, entre los cargos más destacado.
Una de las nueve Consejerías, la de Familia, Juventud y Asuntos Sociales, está a cargo de Ana Dávila, quien fuera viceconsejera de Asistencia Sanitaria del gobierno regional, una funcionaria de bajo perfil que quedó en el ojo de la tormenta durante la pandemia por haber firmado, de puño y letra, el polémico contrato de mascarillas en el que intermedió Tomás Ayuso, hermano de la presidenta.
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Esta transacción público significó una comisión de 283 mil euros para el familiar de la líder del PP. Y, en lo político, desató una guerra interna dentro de Génova que terminó con Pablo Casado como cadáver político y con la asunción de un nuevo jefe, Alberto Núñez Feijóo.
"No cambio el Gobierno por falta de confianza, nada más lejos, o porque piense que las cosas no se han hecho bien. Pienso que el trabajo que han realizado todos los consejeros nos ha traído a esta mayoría absoluta y esto es digno de reconocimiento", subrayó Ayuso sin entrar en ninguna valoración personal sobre los funcionarios elegidos.
Amor y odio con Vox
La presidenta en funciones de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha asegurado hoy que el PP tendrá "la mano tendida" a Vox tras las elecciones generales del 23 de julio para desbancar al Gobierno de Pedro Sánchez, porque España "necesita un cambio".
Durante la segunda sesión del debate de investidura en la Asamblea, Ayuso intentó rebajar las tensiones con Vox tras la fallida alianza en Extremadura. Aseguró que el PP tendrá "la mano tendida" a la formación de Santiago Abascal tras las elecciones generales del 23 de julio porque España "necesita un cambio" y desbancar al sanchismo.
Aclaró que Vox que no va a estar "en clave electoral a nivel nacional para saber qué pactos hay que hacer o que no hay que hacer", pero sí tiene claro que ambas formaciones tienen que "estar a la altura".
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A nivel autonómico, sin embargo, fue muy crítica con su exsocia, Rocío Monasterio. Criticó a Vox por haberse dedicado a "empuñar todas las pancartas de la izquierda" y por rechazar los presupuestos de 2023.
Ayuso recriminó a Vox que pretenda "vivir de ir contra el PP" en lugar de ser un partido "original", y plantee las mismas propuestas de los populares "siempre un poco más", además de que "el 90 por ciento" de sus medidas no son competencia de la Comunidad de Madrid, como en materia de seguridad e inmigración.
Sobre la reforma de la Lay Trans, que aseguró el miércoles durante su discurso que acometería esta legislatura, ha defendido que es "el momento oportuno" para hacerlo, "sin electoralismo, con serenidad y con la legitimidad" que le han otorgado las urnas, con sus 70 diputados, al tiempo que ha tildado de "pura pereza y falta de rigor" las propuestas de Vox en esta materia.
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