Alfonso Fernández Mañueco ha resuelto la crisis abierta con su vice, Juan García-Gallardo, por el protocolo "provida" auspiciado por Vox. El presidente de la Junta de Castilla y León acusó recibo de la petición de Génova -rebajar la polémica y pasar de página lo más pronto posible- y mantuvo un diálogo con su compañero para seguir adelante sin la cuestión del aborto de por medio. Después de todo, la formación de ultraderecha solo ha hecho pie en un solo Ejecutivo autonómico, y puede capitalizarlo en un 2023 electoral.
"No lo ha sido ni lo va a ser obligar ni a los profesionales ni a las mujeres a nada", dejó en claro Mañueco. El mandatario castellanoleonés adelantó una ayuda directa para las familias que tengan un hijo, una forma de encajar su defensa a la natalidad y conformar a sus socios, pero tumbó cualquier intento de interferir en una interrupción voluntaria del embarazo. Según lo conversado, Vox no insistirá con el protocolo.
García-Gallardo esquivó la cuestión este lunes en Ávila y prometió "trabajar por el empleo, para reforzar las relaciones con las administraciones públicas y en particular con las entidades locales". No hubo mención a su iniciativa antiaborto, solo declaraciones que despejaban nubarrones en el gobierno regional. Por su parte, la dirección nacional de Vox ya no agita la idea de la revisión de los acuerdos.
Mañueco ha cuestionado y reprochado a García-Gallardo la presentación del protocolo y la jugada que ha puesto al Ejecutivo al borde de una crisis incierta. Fuentes del PP autonómico confirman que el presidente evaluó "seriamente" aplicar algún tipo de sanción a su vice, aunque nunca contempló cesarle. Pero cualquier paso en falso habría dejado a Mañueco sin otra alternativa que un adelanto electoral en el que podría reeditarse un gobierno en coalición con Vox.
"Yo no considero que, en estos momentos, se den las circunstancias para convocar elecciones. Si no se producen circunstancias extraordinariamente graves que afecten al interés general, yo no convocaré elecciones anticipadas", sostuvo Mañueco en una entrevista en la COPE. El líder del PP autonómico respaldó la idea de que gobierne la lista más votada, aunque Alberto Núñez Feijóo la limitó en último momento al ámbito municipal. Mañueco es partidario de un gobierno en solitario, si bien sabe que es opción no es realista en estos momentos.
Vox se mueve entra la presión al PP y la disposición a apoyarle en caso de precisar un socio. En Génova saben que el partido ultra es un mal necesario y no podrán eludirlo en varios territorios. Si Isabel Díaz Ayuso no consigue una mayoría absoluta en Madrid y saca menos votos que en 2021 o Paco Núñez da el salto y desbanca a Emiliano García-Page con la ayuda de David Moreno Ramos, candidato de Vox a la Junta, la ultraderecha será la llave en esos territorios. Mañueco se ha adelantado y zanjó la crisis a tiempo y a su favor.
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