Laura Borràs, presidenta de Junts, fue condenada este jueves a cuatro años y medio de cárcel y 13 de inhabilitación por prevaricación y falsedad documental cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes. Pero ha salido relativamente beneficiada ya que Tribunal Superior de Justicia de Cataluña propuso un indulto parcial para reducir la pena de prisión a dos años y evitar así que ingrese a la cárcel, aunque no se ha aclarado por qué se tomó esta decisión. Entre los posconvergentes críticos con Borràs especulan que la justicia no quería entregar la foto de la extitular del Parlament entrando al presidio.

La Fiscalía pedía seis años de cárcel y 21 de inhabilitación, lo que hubiera sacado a Borràs del juego político. Pero la todavía líder de Junts insiste en que es inocente y "la sentencia no es firme ni justa". "No me impedirá seguir trabajando por el único objetivo por el que entre a la política, que es alcanzar la independencia de Cataluña", dijo tras conocerse el fallo. Sin embargo, el mensaje también era dirigido a los suyos.

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Cada uno de los grupos posconvergentes, el intransigente y el moderado, ya venían discutiendo el futuro de la formación. La denuncia de persecución política solo serviría para unos pocos fanáticos, pero no para ordenar al partido de cara a unas municipales clave para medir su fuerza en el campo independentista y ganar poder territorial en una legislatura marcada por la salida del Govern, algo que los moderados y pragmáticos aún le reprochan a Borràs.

Xavier Trias junto al candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona, Ernest Magarall.

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La presidenta del partido se ha mostrado acompañada por el secretario general, Jordi Turull, y el portavoz en el Parlament, Josep Rius, más algunos diputados afines, en un intento por mostrar unidad y una conducción propia que pronto será disputada. El candidato a la alcaldía de Barcelona, Xavier Trias, le ha pedido una reflexión que no perjudique a Junts, sin pedir su renuncia y plantear una división de cara al público, algo que varios posconvergentes confirman a LPO. El liderazgo está en el aire al igual que la sucesión de la presidencia del Parlament.

Un exconseller explica a LPO que el relevo debe esperar por dos cuestiones: Borràs todavía puede permanecer en el cargo y la campaña no soportaría una guerra interna. La presidenta de Junts ha impuesto una cláusula que deja en manos de la comisión si la líder enfrenta un caso de lawfare

Los afines a Borràs juegan a dinamitar el partido con la entrega el cargo de la expresidenta de la Cámara para expresar que el problema es parte de la persecución a los dirigentes independentistas de Junts. Desde que fuera suspendida en julio pasado, la presidencia ha quedado en manos de la republicana Alba Vergés, quien echó a cuatro asesores de Borràs sin funciones específicas más que cuidar la imagen de la entonces presidenta.

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Pero la línea más moderada de Junts creen que entregar la presidencia del Parlament equivale a tirarse un tiro en el pie. Los posconvergentes críticos con el ruido y el ánimo de constante denuncia de Borràs lamentan que la ruptura del Govern haya devenido en una pérdida de poder y cargos para el partido y ahora se preguntan si es el momento para medir el pulso interno y precipitar un cambio en la cúpula.

 Borràs acompañada este jueves por Turull y Quim Torra entre otros dirigentes.

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Un exconseller explica a este medio que el relevo debe esperar por dos cuestiones: Borràs todavía puede permanecer en el cargo y la campaña no soportaría una guerra interna. La presidenta de Junts ha diseñado los estatutos y ha impuesto una cláusula que deja en manos de la comisión si la líder enfrenta un caso de lawfare, que es el concepto que agita Borràs desde el comienzo del juicio. Llegada a esa instancia, ningún miembro de la comisión osaría a condenar a su presidenta. 

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Pero cada uno de los candidatos y cargos orgánicos de Junts evalúan que es lo que más le conviene. Jaume Giró, exresponsable de Economía del Govern de Pere Aragonès, se viene postulando como candidato a la Generalitat y para eso necesita el aval de Borràs y Turull, que le tienen en el radar. Algo similar ocurre con Josep Rull, que pretende suceder a Aragonès y ponerse como alternativa a Borràs y Turull, ambos inhabilitados. El ritmo de la transición y las nuevas alianzas en Junts recién se develarán después del 28 de mayo.