Buena parte del independentismo se ha despegado de Laura Borràs, una de las dirigentes más sobresalientes de ese espacio. La presidenta de Junts se prepara para declarar el viernes en el juicio por el fraccionamiento de contratos en beneficio de un amigo cuando era la titular de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC). La pregunta en el aire es qué posicionamiento adoptará su partido.

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ERC y la CUP ya confirmaron que no acompañarán la expresidenta del Parlament porque entienden que lo que se está juzgando es un caso de "mala praxis" y no la persecución política, como Borràs dice una y otra vez para salvar su honor y su carrera política. Por el momento, Borràs solo cuenta con el respaldo de parte de la cúpula, como Jordi Turull, que ha organizado una caravana de buses hasta la sede del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

Jordi Turull, secretario general de Junts.

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Dentro de Junts aseguran que su presidenta sigue atrapada en la misma retórica de confrontación y cuestionamientos a las instituciones catalanas. En un primer momento, Borràs presionó a la bancada posconvergente para que impidiera su suspensión como diputada. Luego apuntó hacia el Tribunal y demostró estar desconectada de las prioridades del partido, como la campaña de cara a las elecciones municipales.

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Borràs está en lo cierto cuando denuncia que dentro de la formación hay quienes quieren pasarla a retiro. La tesis gana cada vez más adeptos y tiene a sus líderes, Xavier Trias y Jaume Giró. Un diputado de la formación explica que hay etapas y que el independentismo como única bandera de Junts, con unos comicios cruciales en cuatro meses, no es rentable electoralmente. Algunos le han embroncado a Borràs la salida del Govern y la consecuente pérdida de protagonismo.

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Trias ha aceptado ir con Junts por el Ayuntamiento de Barcelona, con posibilidades reales de retornar al cargo y suceder a Ada Colau, con la condición que la formación no agitara la cuestión soberanista. El candidato se centrará en su experiencia y en la gestión de la ciudad condal. Lo mismo ocurre con Giró, consejero de Economía hasta que Borràs empujó la ruptura con ERC.

El candidato a la alcaldía de Barcelona, Xavier Trias. 

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Giró también apuesta por un partido más escorado al centro y, sobre todo, apartar a la presidente de Junts para ser él mismo el candidato a la Generalitat. Más allá de las aspiraciones propias, otros aprovechan el momento para distanciarse de la conducción actual. Borràs podría terminar inhabilitada y dejar que el sector moderado del partido tome la posta.

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En ese caso, la justicia lograría lo que no pudo la política, es decir, alejar a la extitular del Parlament del partido. Por eso Borràs insiste en que no la juzgan por prevaricación sino por su defensa del independentismo. Pese al apoyo que recibirá este viernes de Junts, Borràs no está segura de que siga siendo su partido.