Cristina Kirchner nombró al kirchnerista Martín Doñate en el Consejo de la Magistratura en representación de la segunda minoría, mientras que Sergio Massa aceptó ese cupo para la UCR y oficializó a la radical Roxana Reyes, como habían pedido las autoridades de Juntos por el Cambio. 

Lo hicieron mediante una resolución conjunta firmada por Cristina y Massa, que fue recibida por Horacio Rosatti pasado el mediodía. 

De esta manera, el Frente de Todos tendrá a 4 de los 8 legisladores que la integran, además de la diputada Graciela Camaño que suele ser aliada. La UCR se queda con 2 lugares (Reyes y la senadora Silvia Giacoppo) y el PRO mantiene al diputado Pablo Tonelli.

Doñate forma parte del bloque Unidad Ciudadana, creado ayer en el Senado como parte de una ruptura coordinada de la bancada del Frente de Todos, para quedarse con la primera y tercera fuerza en número. 

Esta tarde, Cristina envió su notificación a la Corte como consejero y rechazó el debate sobre la viabilidad de esa maniobra, que Juntos por el Cambio amenazó con judicializar. 

Roxana Reyes. 

Pero Massa no fue por el mismo carril de la vice y aceptó que la UCR es la tercera fuerza de la Cámara. Ignoró la carta del jefe del Frente de Todos Germán Martínez, que pidió debatir los criterios de selección de los representantes en la Magistratura, teniendo en cuenta que en 2018 se permitió una negociación libre entre las fuerzas.

La metodología podría repetirse en noviembre, cuando venzan los mandatos de los 6 legisladores elegidos en 2018. La ley reflotada por la Corte Suprema, que había sido derogada en 2006, lleva la Magistratura de 13 a 20 miembros, con 8 legisladores: 2 del bloque más grande y 2 por los que le siguen, denominados como primera y segunda minoría.

En noviembre se elegirían los 8 legisladores, con el reparto de la ley de 1997. En Juntos por el Cambio creen que no se aplicará los acuerdos parlamentarios para definir mayorías y minorías, porque ese artilugio sólo era posible con la ley de 2006, derogada en su fallo por la Corte de diciembre, que pidió sancionar una nueva norma e 120 días.

El Senado aprobó un proyecto, pero Diputados nunca lo trató y el plazo se venció el viernes. Cristina Kirchner dividió los bloques oficialistas de la Cámara alta para quedarse con 3 de los 4 miembros. 

Massa no se atrevió, entre otras cosas porque no tiene una mayoría propia en el recinto para resistir una oposición unida que lo cuestione. El debate sigue en noviembre.