Las declaraciones del intendente de Lomas de Zamora y primer candidato a diputado nacional del Frente para la Victoria, Martín Insaurralde, pidiendo debatir la baja en la edad de la imputabilidad, dejó descolocados a varios dirigentes kirchneristas.

Inmediatamente, desde distintos sectores salieron a cuestionar esa posibilidad y señalaron que el peronismo “nunca votó una ley represiva”, como dijo Carlos Kunkel.

El propio diputado nacional señaló que “son concepciones de vida” y remarcó que “nunca votaría una ley así”.

“Hay que ir contra los que realmente saquean el país. El problema del arrebato hay que corregirlo, pero los mayores ladrones no viven en villas ni conventillos", recalcó.

Se sumó también Aníbal Fernández, que también rechazó la iniciativa y recalcó:”Discutir un régimen penal juvenil me parece estupendo, que se regule o ponga en forma la ley para interpretar cuando un joven participa de un hecho delictivo”.

La agrupación La Cámpora, a través de Juan Cabandié se manifestó en contra. Y pidió que se trate, en su lugar, un régimen penal juvenil.

Es más, el propio Insaurralde le pidió a los principales diputados de la bancada del FpV que si no lo apoyaban, al menos, no lo “maten” en público.

Sin embargo, el conflicto dejó un enfrentamiento claro: el de los intendentes y los dirigentes más “ideologizados” del kirchnerismo.

Quizá por su mayor contacto con la gente o tal vez porque sintieron que el peso de la derrota en octubre los puede dejar sin nada en 2015, los jefes comunales salieron prácticamente en conjunto a bancar a Insaurralde.

Por ejemplo, ayer el jefe comunal de Ituzaingó, Alberto Descalzo, respaldó al lómense y criticó directamente a los legisladores.

“Es fácil criticar sin escuchar lo que dice la gente. Los diputados y los senadores pueden hacer muy buenas leyes, pero a veces esas leyes no son aplicables a la realidad que se viven en los barrios y para saber cuáles son las demandas de los vecinos, hay que caminar las calles, hay que estar cerca de la gente”, sostuvo.

Otro que salió a sacarle el jugo al tema de la inseguridad es Hugo Curto, en Tres de Febrero. El veterano dirigente metalúrgico armó un show en un operativo de la policía: se puso chaleco y se sacó fotos con los jefes de la Bonaerense.

Ayer, dejó una frase al menos temeraria: “Tengo un arma y la se usar”.

Curiosamente, ninguno de los intendentes de la oposición cuestionó a Insaurralde.

Otro dato es que todos los jefes comunales del Conurbano apoyaron la designación de su par de Ezeiza, Alejandro Granados, como ministro de Seguridad bonaerense. Justamente, Granados es uno de los duros y lejos está en considerarse dentro de la progresía.

Un jefe comunal de LPO blanqueó a LPO la diferencia con los legisladores. “Los que no podemos salir a la calle cuando matan a un vecino somos nosotros, lo que ponemos la cara todos los días somos nosotros”, confió y también respaldó a Insaurralde.

“Dice lo que no podemos decir en grupo porque nos tildarían de ‘mano dura’. Hay que ver todo el gasto que hacemos y la situación está igual de complicada”.