El momento no es el más oportuno. A un mes de las elecciones de medio término, Kamala Harris llegará el sábado próximo a Texas para encabezar una cena de recaudación de fondos del Partido Demócrata. La vicepresidenta arribará en medio del prolongado conflicto que enfrenta a Greg Abbott con la administración Biden por la política migratoria del gobierno federal. El gobernador republicano lleva meses haciendo campaña con el envío de autobuses llenos de migrantes a los distritos que gestionan los demócratas.

Abbott, que comenzó enviando autobuses a Washington y Nueva York, decidió en las últimas semanas apuntar sus cañones contra Kamala: el domicilio de la vicepresidenta se convirtió en destino de los migrantes que llegan sin ningún tipo de ayuda.

Abbott apunta su guerra contra Kamala y manda a su casa en Washington dos autobuses llenos de migrantes

El evento anual del próximo sábado será en Austin y tendrá un relieve político indudable: marcará la aparición política de más alto perfil de la administración Biden en Texas desde que el presidente Joe Biden y Harris asumieron el cargo.

Harris será la oradora principal en la recepción anual Johnson-Jordan del partido en Austin. Las encuestas de las últimas semanas coinciden en mostrar que Abbott se mantiene como favorito para acceder a su tercer mandato como gobernador y Beto O'Rourke no logra descontar la diferencia en su contra. 

El presidente del Partido Demócrata de Texas, Gilberto Hinojosa, aseguró a través de un comunicado que la visita de Harris demuestra que la Texas históricamente roja todavía está en juego, pese a que las encuestas vaticinan un cómodo triunfo del gobernador Abbott. 

Sin embargo, el presidente del Partido Demócrata de Texas, Gilberto Hinojosa, aseguró a través de un comunicado que la visita de Harris demuestra que la Texas históricamente roja todavía está en juego. "Su viaje muestra que los ojos de la nación realmente están puestos en Texas a medida que nos acercamos a las elecciones de mitad de período y, lo que es más importante, que desde la carrera de Beto, hasta las carreras de Mike y Rochelle, pasando por las carreras hacia arriba y hacia abajo en la boleta electoral, Texas es un estado que se puede ganar". dijo Hinojosa. 

El jefe de los demócratas en Texas se refería a la disputa del candidato Mike Collier con el actual vicegobernador Dan Patrick y a la que se perfila como la más reñida de todas las elecciones: el desafío de la latina Rochelle Garza al fiscal general Ken Paxton, un candidato que cuenta con el respaldo explícito de Donald Trump.

Tal como lo confirma la campaña de Beto, los demócratas sigan apostando a que el fallo de la Corte Suprema que anuló el derecho al aborto se convierta en su mejor aliado en las elecciones estaduales. El problema es que Biden registra en Texas uno de los peores índices a nivel nacional. En la última encuesta del Proyecto de Política de la Universidad de Texas/Texas, el 52% de los votantes registrados en Texas dijo que desaprobaba el trabajo que está haciendo y solo el 40% dijo que lo aprobaba. Por eso, son los propios republicanos los que festejan el viaje de Harris a Austin y apuestan a que su visita confirme el rechazo que genera la administración Biden en el Estado de larga tradición roja.

El gobernador de Texas, Gregg Abbott.

AP

Los detractores de Harris la esperan con críticas. Resaltan que la californiana, que tenía entre sus tareas principales resolver la crisis migratoria heredada del gobierno de Trump, decide viajar a la capital administrativa del Estado y no se ocupa de la frontera sur. En marzo de 2021, Biden eligió a Harris para que tuviera el tema bajo su órbita y la definió como la "persona más calificada" para ayudar a identificar las "causas fundamentales" del aumento en los cruces fronterizos. Sin embargo, en las últimas semanas, la vicepresidenta se ha refugiado en el silencio y ha eludido el problema. Ni siquiera se refirió al tema ante la seguidilla de autobuses que Abbott envió a su domicilio particular.

En marzo de 2021, Biden eligió a Harris para que tuviera el tema de la migración bajo su órbita y la definió como la "persona más calificada" para ayudar a identificar las "causas fundamentales" del aumento en los cruces fronterizos. Sin embargo, la vicepresidenta se ha refugiado en el silencio y ha eludido el problema.

El representante republicano de Texas, Tony Gonzales, cuyo distrito se extiende desde la zona crítica de inmigración de Del Río hasta las afueras de El Paso, fue uno de los que remarcó que Harris había decidido ignorar el tema migratorio en un Estado que tiene 2000 kilómetros de frontera compartida con México.

"En unos días, la vicepresidenta Harris visitará Texas, pero irá a Austin para recaudar fondos", le dijo Gonzales a The Post. "No entiendo por qué la vicepresidenta simplemente no toma un avión de una hora hasta la frontera y simplemente escucha, habla con la gente, simplemente aparece y dice: 'Oye, estamos aquí para ayudar'. Solo di: 'La administración no te ha abandonado'... ¡algo!". Salvo que Kamala sorprenda a última momento con un viaje a la frontera sur, todo indica que su visita será acotada a la recaudación de fondos. El programa oficial de Harris solo indica que asistirá a la recepción Johnson-Jordan del Partido Demócrata de Texas, donde las donaciones sugeridas oscilan entre $250 y $10,000. Harris también se reunirá con defensores del derecho al aborto, como parte del cuestionamiento de los democratas a un Estado que prohibe la mayoría de los abortos después de las seis semanas de embarazo.

Según los últimos datos de Aduanas y Protección Fronteriza, el número de arrestos de inmigrantes casi se ha duplicado bajo la administración de Biden y ya superó el récord del año pasado, con más de 2 millones de personas que fueron detenidas al cruzar de un lado a otro.