La estrategia demócrata se basa en una estadística contundente que manejan en la campaña de Joe Biden. Calculan que el 80% de la sociedad estadounidense apoya el derecho al aborto. En concreto, estiman que se trata de una carta electoral ganadora, especialmente entre los votantes independientes, al margen de la discusión moral, política y sanitaria.

La apelación a la interrupción del embarazo busca contrastar principalmente con la postura de Donald Trump. Pero también con la de los otros dos republicanos en carrera, Ron DeSantis y Nikki Haley. "Tres extremistas de MAGA promocionan con orgullo una agenda contra la libertad, que representa una grave amenaza para las mujeres estadounidenses al derecho fundamental de tomar sus propias decisiones sobre la atención médica", afirmó la jefa de campaña de Biden, Julie Chávez Rodríguez ante LPO y otros medios. Nieta del fundador y líder sindical de la United Farm Workers, el mexicano César Rodríguez, Chávez es autora intelectual del interés renovado de la administración demócrata por los votantes latinos.

"No es solo Trump. Haley y DeSantis tienen cada uno sus propios antecedentes de antiaborto extremo. Como gobernadores, firmaron prohibiciones que amenazaban a los médicos con penas de cárcel y no tenían excepciones por violación o incesto, y ambos se comprometieron a firmar una prohibición nacional del aborto como presidentes. El presidente Biden y la vice Kamala Harris son los únicos candidatos que protegerán el derecho de la mujer a elegir", afirmó Chávez en ronda de prensa ante este medio.

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Frente a una situación económica que parece ser el eslabón más débil de la campaña oficialista, la administración demócrata encuentra en el aborto una carta de diferenciación nítida. Sobre todo, Harris, la vocera más articulada sobre ese debate. A un católico veterano como Biden le cuesta un poco más asimilar el discurso de género sobre la interrupción del embarazo. En adelante, pese a esa formación más tradicionalista, el presidente lo incorporará.

No es solo Trump. Haley y DeSantis tienen cada uno sus propios antecedentes de antiaborto extremo. Como gobernadores, firmaron prohibiciones que amenazaban a los médicos con penas de cárcel y no tenían excepciones por violación o incesto 

Desde que la Corte Suprema decidió anular el histórico fallo de 1972 Roe v. Wade, en junio de 2022, el debate se volvió redituable para los demócratas. En Virginia, Nevada, Ohio y Kentucky la inclusión del aborto en las boletas terminó favoreciendo a los defensores de ese derecho. 

La latina Chávez Rodriguez, en la Casa Blanca. Una pieza central de la estrategia de Biden. 

LPO

Incluso en Estados gobernados por conservadores y en los que Trump se impuso con holgura en 2020. En Ohio, por ejemplo, donde Trump ganó por 8 puntos hace cuatro años, se aprobó una enmienda constitucional que garantiza la posibilidad de interrumpir el embarazo. 

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Mientras el miércoles por la noche DeSantis y Haley se cruzaban en un debate áspero y por momentos agresivo, Trump hizo una presentación solista en Fox News. Ahí hizo una declaración que se celebró como un gol en el War Room demócrata. El expresidente se jactó de haber "terminado" con el fallo Roe. El fragmento fue recortado y lanzado de inmediato al río de las redes sociales y las gacetillas de prensa. Se omitió, sin embargo, el matiz que introdujo Trump. El favorito de los republicanos se diferenció de la política ultraconservadora de DeSantis en Florida y criticó la prohibición del aborto de seis semanas. Un detalle que será pasado por alto en el clima de polarización que crece entre Trump y Biden.

Mientras DeSantis y Haley se cruzaban en un debate por momentos agresivo, Trump hizo una presentación solista en Fox News. Ahí hizo una declaración que se celebró como un gol en el War Room demócrata. El expresidente se jactó de haber "terminado" con el fallo Roe 

Respecto al interés de los votantes latinos por el aborto, una investigación reciente de la Florida International University (FIU) contradice algunos mitos. El estudio se realizó en los 22 estados de mayor población hispana. Según el informe de la FIU, una amplia mayoría de los inmigrantes latinos rechaza la prohibición del aborto tras la sexta semana de embarazo. Un 42% está directamente en desacuerdo con esa posibilidad, mientras un 22 no tiene posición tomada.

"Para sorpresa de muchos, el aborto fue una de las principales prioridades para los latinos en los Estados Unidos durante las elecciones de 2022", afirma un estratega oficialista de origen hispano. "Si bien el tema es complejo para nuestra comunidad, definitivamente fue un tema movilizador que llevó miles de latinos a las urnas. Jóvenes, padres e incluso abuelos latinos vinieron a este país para ser libres, no para que los políticos tomen decisiones sobre sus cuerpos o los de sus hijas y nietas. Para la mayoría de los latinos el aborto es un tema de debe ser decidió entre una mujer, su familia y su médico", se ilusiona ante LPO.