LPO lo anticipó. La renuncia de Kevin McCarthy como orador y el caos republicano en el Congreso activaron todas las fantasías del trumpismo hardcore. El primero en proponerlo fue el congresista de Texas Troy Nehls que difundió en un comunicado su intento para que Donald Trump ponga orden en la Cámara de Representantes y protagonice un operativo inédito. Asumir como speaker del Congreso, un movimiento que no registra antecedentes en la historia para un ex mandatario que no está entre los 435 miembros de la Cámara. Trump haría historia una vez más, en este caso, como el primero en ocupar el cargo de orador sin ser parte del Congreso. Sería el gran salvador. 

"Esta semana, cuando la Cámara de Representantes de Estados Unidos se vuelva a reunir, mi primera tarea será nominar a Donald J. Trump para presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos (...) El presidente Trump, el mejor presidente de mi vida, tiene un historial comprobado de poner a Estados Unidos primero y hará que la Cámara vuelva a ser grandiosa", dijo Nehls en un comunicado.

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No fue lo único que hizo. Conocida la noticia, el republicano de Texas llamó por teléfono al propio Trump para convencerlo en forma personal. "Creo que haría un gran trabajo solucionando las deficiencias que vemos en el Congreso", le dijo.

Según relata Político, comenzaron entonces las intensas gestiones que durante 48 horas convencieron a Trump de que ocupar el lugar de McCarthy podía ser una buena idea. Nehls contó con una aliada fundamental en su cruzada, la representante republicana Marjorie Taylor Greene. Trumpista acérrima y amiga del ex presidente, la congresista de Georgia tiene un predicamento en Trump que pocos tienen. 

AP

Nehls investigó incluso si las acusaciones penales de Trump serían un problema y concluyó en que al contrario sería muy beneficioso para la campaña. La idea prendió enseguida en la base del MAGA y Trump comenzó a verla como una forma de contrarrestar las noticias que generan los procesos judiciales en su contra.

Aunque la idea podía sonar disparatada, la Constitución lo autoriza y la idea tentó a Trump con agigantar su rol de salvador y líder absoluto, el único capaz de ejercer un liderazgo sobre los republicanos. Todo lo que colabore con darle protagonismo y centralidad camino a las elecciones presidenciales, es bienvenido para Trump.

La idea tentó a Trump con agigantar su rol de salvador, el único capaz de ejercer un liderazgo asboluto sobre los republicanos. 

El propio Trump lo admitió el jueves en una entrevista con Fox News, cuando afirmó que podría postularse para el puesto como "unificador" temporal hasta que el Partido Republicano de la Cámara pueda encontrar una solución permanente. "Sólo lo haría por el partido", dijo.

La postura de Nehls y Taylor Greene era contradecida por otros republicanos de la Cámara que sostenían que Trump ni siquiera lograría las voluntades necesarias para ser nominado. Mucho menos los 218 votos necesarios para ser elegido, lo que a McCarthy le costó la humillación de 15 votaciones.

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Finalmente, fueron los aliados de Trump en el Capitolio quienes finalmente lo disuadieron de la idea de convertirse en presidente y le sugirieron apoyar al congresista Jim Jordan, uno de sus seguidores más fervorosos.

Los colaboradores del ex presidente le advirtieron que podría perder en la votación secreta y hasta sentirse humillado si los republicanos del Congreso le daban la espalda. Además le hicieron ver que su prioridad era la carrera presidencial.

 Recién el viernes a la mañana Trump desistió de su objetivo y aceptó apoyar a Jordan frente al líder de la mayoría Steve Scalise.  

Recién el viernes a la mañana Trump desistió de su objetivo y aceptó apoyar a Jordan frente al líder de la mayoría Steve Scalise. De todas maneras, la propuesta quedó resonando en Trump y hasta se habla de que está pensando en visitar el Capitolio por primera vez desde el 6 de enero de 2021. Sería la semana próxima, para asistir a la instancia en la cual el Partido Republicano se reunirá para discutir sus próximos pasos.

El texano Nehls aún no se dio por vencido. Contó que volvió a llamar a Trump para masajear su ego y dijo que intentó convencerlo el jueves por la noche una vez más. "Le dije: 'Sabes, hiciste grande a Estados Unidos otra vez'. Puedes entrar y hacer que el Congreso vuelva a ser grandioso'".