Gerardo Morales y Gabriela Michetti se cruzaron durante la sesión en la que el Senado aprobó una ley que traspasa el control de la ex ESMA y de todos los ex centros clandestinos de detención de la Ciudad a la órbita del Gobierno.

El senador radical denostó el acuerdo entre los gobiernos de Mauricio Macri y de Cristina Kirchner, que incluye el traspaso los edificios del ex Casino de Oficiales, el Pabellón Central, la Imprenta, el Taller Mecánico, el Pabellón Coy y la Enfermería de la ex ESMA; además de los edificios donde funcionaron los ex centros clandestinos "Automotores Orletti", "Club Atlético", "Olimpo" y "Virrey Ceballos".

“Tenemos que gestionar los problemas concretos de la gente”, advirtió Michetti, que aclaró que no sabía por qué el inmueble pertenece a la Ciudad.

La ex vicejefa de Macri aseguró que “los temas de la ESMA no tienen que ver con la Ciudad de Buenos Aires, sino con la República Argentina”.

Luego de las escuetas explicaciones de Michetti, llegaron las chicanas de Morales. “No sé cuál será la política de derechos humanos de la ciudad, seguramente será buena”, ironizó el jujeño, que agregó que “es un debate saber para que se usa un espacio de la memoria, algunos lo quieren usar para llevar murgas, pero es un debate interesante”.

“En Argentina hubo verdad y justicia en 1983 porque ganó Alfonsín, si ganaba el otro candidato no la había; después estuvo la segunda parte con Kirchner que nosotros apoyamos”, aseguró el senador radical.

Luego de que Michetti señalara que “este traspaso significa poner esto en manos de quienes en realidad están gestionando el tema y lo vienen trabajando desde hace muchos años”, Morales retrucó que “no aceptamos es que se apropien de la memoria y es lo que establece esta ley, que le otorga toda la potestad al Poder Ejecutivo Nacional para decidir qué hacer, por eso nos oponemos a este acuerdo”.

Finalmente, Morales preguntó por el decreto que firmaron la vicejefa de gobierno proteño, María Eugenia Vidal y el jefe de gabinete, Jorge Capitanich, que habilita el traspaso que luego deberá ser refrendado por la Legislatura porteña. Pero Michetti no supo responderle.

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