Eduardo Gamarra llegó a Estados Unidos en 1974. TenÃa 17 años y era corredor fondista. Nacido en La Paz, Bolivia, fue becado en atletismo. Desde que arribó, su plan era completar sus estudios y volver a Bolivia. Pero el proceso se estiró más de la cuenta. Gamarra logró un doctorado en ciencias polÃticas en la Universidad de Pittsburgh, y recién regresó a su paÃs de nacimiento en 1985. Si bien su idea era asentarse en Bolivia y finalizar con la errancia, la hiperinflación de 24.000 por ciento anual lo terminó por expulsar. Desde 1986 vive en Miami, una ciudad a la que le tenÃa (y ya no) muchos prejuicios. Hoy es un prestigioso profesor de la Universidad Internacional de Florida, experto en Relaciones Internacionales y dirige el Foro de Opinión Pública Latina.
Usted señala que los Estados Unidos atraviesan una crisis institucional novedosa. ¿A qué se refiere?
A principios de los 60, el libro "La Cultura CÃvica" mencionaba un estudio, realizado en cinco paÃses, que medÃa la confianza de los ciudadanos en sus polÃticos e instituciones. El paÃs donde habÃa mayor confianza era Estados Unidos. El ciudadano norteamericano confiaba en sus polÃticos y tenÃa un respeto enorme por sus instituciones. Eso se ha venido erosionando y es parte de la crisis que vivimos. No solo no hay respeto a los polÃticos individuales, sino tampoco a las instituciones. El Congreso tiene, según una encuesta reciente, un nivel de confianza de apenas un 9%. Menor al de la mayorÃa de los paÃses latinoamericanos. Y lo que era sacrosanto, la Corte Suprema, también ha bajado.
¿A qué se debe ese derrumbe de la confianza social?
Un factor, quizás el que más frecuentemente se menciona, es el de las redes sociales. Los medios sociales son los que, aparentemente, han creado esta irreverencia hacia la polÃtica. Pero yo creo que hay otros factores muy fuertes, como el cambio de estructura de la economÃa que comienza en la época de Clinton. Al abrirse y globalizarse la economÃa, todos los trabajos de base se fueron hacia México o algún otro lado. Más aún influyó la llegada de China y las grandes inversiones norteamericanas en China, por los costos laborales más bajos.
¿Y cómo impactó ese proceso de globalización económica en la polÃtica de Estados Unidos?
En lugares como Pittsburgh, Ohio, Cleveland, economÃas que eran dependientes de la manufactura colapsaron. Colapsó su industria. Los trabajadores ganaban como clase media. TenÃan salarios extraordinarios y beneficios, como seguros de salud. Pero se quedaron cesantes y no hubo reemplazo. Trabajadores especializados en las acerÃas pasaban a la industria de servicios. El paÃs se estaba convirtiendo en una economÃa de servicios.
¿Qué pasó en la mente de esos trabajadores que pasaron de la industria a los servicios?
Gran parte de esos trabajadores estaban sindicalizados. Los sindicatos eran la espina dorsal del Partido Demócrata. Esos estados eran profundamente "azules". Esa población empezó a perder posición e identidad. Además hay que considerar el impacto del impulso migratorio.
¿Cómo impactó la inmigración creciente en el sistema polÃtico?
Los inmigrantes empezaron a competir con aquellos que habÃan perdido sus empleos. El inmigrante estaba dispuesto a trabajar en cualquier cosa. Eso tuvo un impacto profundo en la polÃtica y en cómo el trabajador norteamericano ve la polÃtica hoy en dÃa. Es paradójico, pero esto se manifiesta de manera dramática durante los 8 años de Obama.
¿Donald Trump y Ron DeSantis son emergentes de esa tendencia?
La mayorÃa de los afectados por este cambio estructural en la economÃa busca culpabilidades y las deposita en el inmigrante. Busca la culpabilidad en las minorÃas como expresión de ese sentimiento de pérdida. Es interesante para comprender al sector económico que da respaldo a DeSantis. Este grupo piensa: "Yo soy un blanco pobre, pero soy trabajador y rechazo profundamente el asistencialismo".
¿Es una exageración plantear que el voto latino se volvió republicano?
Todas las encuestas coinciden en que el hispano de Estados Unidos sigue siendo demócrata. Pero hay, por supuesto, un movimiento que tiende hacia el Partido Republicano. Obviamente hay diferencias regionales y por origen nacional. Y hay otros factores que explican por qué el hispano está "mudándose", sobre todo acá en La Florida.
¿Qué otros factores explican esa "mudanza" latina al Partido Republicano?
Hay una apuesta que han hecho los republicanos durante mucho tiempo, basada en la idea de que los latinos somos más conservadores. Y que por lo tanto estarÃamos más orientados hacia el conservadurismo. Y ello se manifestarÃa en temas como lo religioso.
¿En el rechazo al aborto también?
Claro. El aborto, el tema educativo, la cuestión LGTBQ. El republicano además ve al hispano con la idea de que el hispano está buscando el "sueño americano". Seducen a los latinos porque hablan el lenguaje del sueño americano. Y el hispano, sobre todo acá en La Florida, cree que desde cero va a terminar siendo el dueño de una gran compañÃa. No ve los obstáculos de, por ejemplo, la discriminación, el racismo y el trabajo precarizado.
¿Existe la autopercepción de una identidad latina entre los latinos?
En La Florida, sobre todo acá en Miami, que cuando tú hablas con cualquier hispano y le preguntas cómo se identifica, en términos raciales, se considera blanco. Y cuando llena los formularios anota: "SÃ, soy hispano pero soy blanco". Eso potencia la idea de trepar en la escala social y ser exitoso. Además, ayuda que el hispano acá es mayorÃa, cosa que en el resto del paÃs no sucede. Este es uno de los únicos lugares donde la mayorÃa que domina lo polÃtico, lo económico, lo social y hasta lo lingüÃstico es hispana.
¿En qué se equivocan los demócratas al buscar el voto latino?
El demócrata piensa que el latino es una minorÃa. Y lo ve como al afroamericano que pasó por todas las luchas de derechos civiles. No nos ven desde la óptica del "sueño americano", entonces piensan que deberÃamos identificarnos no con el opresor, sino con los oprimidos. Y eso hace que sea más complicada la relación, particularmente en Florida.
¿Hay chances de que un latino sea el presidente de los Estados Unidos?
Primero, aquà somos hispanos de múltiples colores, con gente de segunda, tercera y hasta cuarta generación. Gente que quizá se identifique como hispana, pero que no tienen un vÃnculo tan estrecho con su paÃs de origen. Hecha esa aclaración, creo que sÃ. Es muy posible. Pero no van a llegar a la presidencia sobre la base de un voto hispano.
¿Por qué?
Por ejemplo, los cubano-americanos en este paÃs son un poquito más de 2.000.000. Es muy poco. En el ciclo electoral donde llegó Trump, dos de los tres finalistas eran cubano-americanos.
Ted Cruz y Marco Rubio...
PodrÃan haber llegado. O sea, sÃ, es posible. En este ciclo electoral por ahora hay solo uno, el alcalde de la ciudad de Miami Francis Suárez. Las posibilidades que él tiene son mÃnimas. Pero las posibilidades de que surja alguien es posible. Pero no va a llegar como hispano.
¿Cuáles son las principales diferencias entre DeSantis y Trump?
DeSantis surge en el Congreso desde un lugar muy conservador de La Florida. Y surge de los movimientos cristianos, en el contexto de reacciones contra Obama. Evangelistas, cristianos, que tienen una visión de la economÃa de rechazo al Estado de Bienestar. En ese sentido es un conservador original mucho más acorde a lo que representa Trump, que era demócrata de los Clinton. Son dos historias personales muy diferentes. Pero Trump se monta sobre ese movimiento conservador, por los motivos que sea, y se convierte en lo que algunos dicen "el enviado de Dios". Por eso le toleran todos sus "pecados".
¿Las causas judiciales no afectan esa confianza en Trump?
Al contrario. Más bien crece con las denuncias y causas. Esa es la clave y habilidad que justifica el fenómeno de Trump. Él ha logrado convencer a un 74% de los republicanos que todo ataque contra él es un ataque contra ellos. Y eso no lo ha logrado DeSantis, pese a ser un conservador legÃtimo y verdaderamente creer en su rechazo al aborto, al género. Trump no cree en nada de eso.
El problema de DeSantis es la presencia de Trump...
La única forma para que DeSantis sea exitoso es que alguna de las acusaciones contra Trump, se demuestre. Que a Trump lo metan preso 12 meses. Pero es muy difÃcil. Además en este paÃs está permitido que alguien sea presidente desde la cárcel.
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