Como era previsible, el decreto para prohibir el consumo de maíz transgénico y glifosato no fue bien recibido por Estados Unidos, quien ya emitió quejas al respecto, sin embargo, el presidente aseguró que seguirá el diálogo con el gobierno de Biden a favor de esta medida y descartó que signifique un punto de ruptura entre ambos. 

"Estamos platicando con ellos en muy buenos términos, explicando por qué tomamos esta decisión que tiene que ver con la salud y ofreciéndoles que podamos hacer, las agencias de salud, un análisis sobre el maíz transgénico, sobre sus contenidos", explicó el presidente esta mañana de miércoles, un día después de que el decreto se oficializara en el país.

Sin demora, a horas de que fuera publicado en el DOF, desde el país vecino se pronunció al respecto el secretario de Agricultura, Tom Vilsack, quien consideró que se trata de un acuerdo "decepcionante" y que sería revisado por ellos. Vale considerar que México es el segundo mercado de exportación más grande de este producto de EU.

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Desde la perspectiva estadounidense, estas restricciones "no están respaldadas por evidencia científica y violarían acuerdos contenidos en el T-MEC, dejándolos en "letra muerta". La presión también ocurrió por parte de la Asociación Nacional de Cultivadores de Maíz, que criticaron que la administración de Biden esté siendo "paciente con México".

Ante estos argumentos, López Obrador replicó esta mañana: "Ellos dicen que tienen expertos, tienen contratados a premios Nobel pero sigue habiendo mucha desinformación en contra de estas semillas y sobre todo la utilización de agroquímicos que afectan la salud".

Aún así, insistió en que propone que agencias de salud de ambos países hagan un análisis sobre el maíz transgénico, sus contenidos y determinar en conjunto si existen daños o no. "Estamos explicando en buenos términos por qué tomamos esta decisión. Es una medida que es en beneficio de los consumidores en México y también de Estados Unidos", defendió.