De un lado, la queja de los empresarios hoteleros: faltan 73 mil empleados (en su mayorÃa camareros) para la temporada de verano. Del otro, la respuesta del Gobierno: "la solución es sencilla: pagar adecuadamente".
El Ejecutivo ha decidido parafrasear al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para abrir un nuevo pulso con el sector privado. Hace unos meses, el mandatario norteamericano les dijo "pay them more" a los empresarios que se quejaban de la falta de mano de obra en determinados sectores.
La frase empieza a ser utilizada por Moncloa ante la reiterada queja del sector hotelero por la supuesta escasez de mano de obra cualificada.
Según la patronal, la falta de formación especÃfica es el principal inconveniente que tienen los hosteleros a la hora de encontrar trabajadores. Los empresarios advierten desde hace semanas que la falta de camareros y cocineros va a "complicar" un verano turÃstico que tiene las mejores previsiones en materia de reservas.
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Según HostelerÃa de España, una organización empresarial que representa a nivel estatal al conjunto de más de 270.000 empresas que integran el sector, la falta de trabajadores viene siendo un "problema estructural".
Denuncia que la incorporación de jóvenes al mercado laboral es un tercio inferior a hace 20 años, mientras que el empleo hostelero se ha doblado, pasando de los 800.000 que habÃa en el año 2000 a los 1,7 millones actuales.
Ante los reclamos, el número dos del Ministerio de Trabajo, JoaquÃn Pérez Rey, mano derecha de la ministra Yolanda DÃaz, reunió a la patronal y a los sindicatos para cotejar números, trazar un diagnóstico y proponer soluciones.
El funcionario aclaró que el problema "no es generalizado" y que tiene a la "precarización" como trasfondo. "La solución es sencilla: Pagar adecuadamente, cumplir con los descansos y las jornadas y permitir la conciliación de la vida laboral y la familiar. Estoy convencido que cuando eso pase las vacantes se esfumarán como la espuma", dijo Pérez Rey.
Según los últimos datos del INE, en España hay actualmente 109.085 vacantes sin cubrir en el mercado laboral. Se trata de un máximo histórico ligado a la coyuntura global post pandemia, pero que representa el 5% del total de puestos en la economÃa.
Para el Gobierno, las vacantes están centralizadas en algunas ciudades y en algunos sectores, por lo que no hay riesgo alguno de un fenómeno de "gran renuncia" como el de Estados Unidos.
"Algunas de las vacantes que se están produciendo en territorios concretos y en la hostelerÃa tienen que ver con que no se paga lo suficiente, no hay descansos, las jornadas son agotadoras y los trabajadores no pueden conciliar su vida personal y laboral", repiten desde el equipo de Yolanda DÃaz.
Meses atrás, la vicepresidenta se aferró al mismo argumento para cuestionar la lectura simplista de los empresarios ante la falta de mano de obra: "Les doy una pista: páguenles más. Ofrézcanles mejores condiciones de trabajo. Denles más motivos para trabajar en sus empresas".
Los sindicatos avalan la postura del Ejecutivo. Los secretarios generales de CCOO y UGT en Baleares (punto geográfico donde faltan más trabajadores) denuncian que el sector arrastra "prácticas" que no respetan los derechos laborales.
"Esto se está convirtiendo en noticia pero quizás lo que está pasando es que los trabajadores pueden elegir y en base a la mejora de sus condiciones laborales se busquen otro sitio u otro sector", explicó dÃas atrás José Luis GarcÃa, lÃder de CCOO.
"Hay empresarios que no han hecho los deberes y no han cuidado de sus empleados. La gente, entonces, se va a otras empresas donde sà cumplen con los convenios colectivos", agregó Lorenzo Navarro, de UGT.
El pulso de Moncloa con los hoteleros se enmarca en un choque más genérico con los agentes económicos. LPO adelantó el trasfondo de la guerra con Iberdrola. Pero hay otros, como la disputa con la CEOE por los fondos de recuperación de la Unión Europea.
El Gobierno tiene un borrador para realizar una "ejecución rápida" del primer tramo de estos fondos. Pero los empresarios se quejan de que el dinero no está llegando a la economÃa real. Critican el retraso en la ejecución y calculan que sólo un euro de cada cuatro ha llegado a las empresas.
Otro frente abierto es el salarial. Al romperse la mesa de diálogo con los sindicatos, los empresarios fijaron "directrices" de un alza máximo de salarios del 3,5% ligado a productividad y empleo, un porcentaje y unos términos que no convencen al Ejecutivo.
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