Los movimientos de Joe Biden en plena escalada militar en Ucrania traducen el estado de situación del presidente al interior de Estados Unidos. Biden optó por evitar la confrontación bélica frontal contra Rusia y se inclinó por favorecer las posiciones de defensa de países miembros de la OTAN vecinos a al drama que sacude a Europa. En paralelo, la Casa Blanca ha desatado una batería de sanciones que apuntan a descarrilar la economía rusa.

Hoy jueves los mercados hundieron a las compañías mineras rusas, entre ellas la primera extractora de diamantes. El oro ruso cayó 30% en el mercado de Londres y el Polymetal perdió 37%. El gigante Gazprom perdió 26% y SberBank retrocedió 36%. Es el banco más cuantioso de Rusia y el que más bonos nacionales tiene en su poder. De momento, estos son los embates que puede exponer la Casa Blanca.

El conflicto abierto contra Vladimir Putin no es alternativa porque es una guerra con bajo handicap en la política doméstica. Los sectores de izquierda radical del Partido Demócrata - siempre representados por el senador Bernie Sanders -, rechazan el gasto y los costos de nuevas incursiones militares.

En paralelo, los seguidores de Donald Trump elogian en redes sociales a Putin, especialmente luego de que el ex presidente dijera que el ex agente de inteligencia es un "genio" por haber invadido Ucrania.

El endurecimiento contra Moscú solo tiene seguidores en un centro que en la arena política estadounidense, dominada por extremos, es cada vez más difuso. Hoy jueves PBS reveló un sondeó que dice que el 52% de los encuestados rechazan una mayor injerencia de EU en el conflicto. CNN, cadena muy cercana al gobierno demócrata, arrojó un sondeo con número muy similares.

El mejor ejemplo es Madeleine Allbright, secretaria de Estado con Bill Clinton, titular de una firma de lobby y asesoría de Washington que trabaja con demócratas y republicanos. En las últimas horas señaló que fue un error subestimar a Rusia y que EU debería haber sido hace tiempo más "enérgico" contra Putin. Nada muy diferente a lo que dijeron tanto Barack Obama como George W. Bush, otros dos exponentes de centro.

A esto se agrega que los demócratas se encaminan a una elección de medio termino de alto riesgo, con una inflación nunca vista y el desborde de la frontera con México que si no hubiera sido por la guerra en Europa esta semana le podría haber costado el cargo a Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Interior.

El mal momento de Biden en las encuestas se debe en parte al desastre militar de Afganistán de 2021. No es difícil suponer que sucedería en las casillas electorales en noviembre si Kiev fuera otra Kabul. Ante este horizonte, las sanciones económicas son la única reacción consistente.