Madrid ha sido escenario de una de las campañas más duras, agresivas y desagradables de los últimos años y el 4M ha acabado por convertirse en otro momento decisivo para el futuro de la polÃtica española.
Ayuso agitó desde el principio el miedo al comunismo y la izquierda entró en el juego alertando del peligro del triunfo del fascismo. Por fortuna, este martes solo se elige a los 136 diputados de la nueva Asamblea de Madrid y el miércoles volverá a salir el sol.
Las encuestas coinciden con mayor o menor claridad en pronosticar el triunfo rotundo del PP que necesitará por activa o por pasiva el apoyo de la ultraderecha de Vox para seguir gobernando. La izquierda solo se agarra ya a una sorpresa de última hora para romper las tendencias.
Pablo Iglesias renuncia a la vicepresidencia de España para ser candidato en Madrid
Si se cumplen los pronósticos, los resultados partirán en dos la legislatura nacional. Madrid pondrá a cero de nuevo el reloj con el PSOE tocado, el PP y Vox envalentonados, Ciudadanos al borde de la desaparición, e Iglesias camino de su retirada frente a un resucitado Iñigo Errejón.
Pedro Sánchez se implicó mucho personalmente al principio de la campaña confrontando directamente con Ayuso en una estrategia que tan solo ha beneficiado a la candidata del PP, convertida en el azote de Sánchez e Iglesias.
Una derrota clara de Gabilondo será también una derrota del presidente del gobierno porque además la campaña la ha dirigido desde Moncloa su jefe de gabinete, Iván Redondo en medio de las crÃticas y quejas de los socialistas madrileños.
Una victoria contundente del PP provocará euforia en la derecha, aunque es evidente que el efecto Ayuso es muy madrileño y que Casado ha sido un mero espectador de la campaña. Lo más probable es que los populares tengan impulso en las encuestas nacionales y se coloquen muy cerca del PSOE. Además, el presidente andaluz Moreno Bonilla sigue muy de cerca lo que pasa en Madrid y podrÃa adelantar las elecciones para intentar aprovechar el viento a favor.
Victoria o retirada: Pablo Iglesias plebiscita su futuro con su salto a Madrid
Moncloa es consciente de que ante este escenario necesita retomar la iniciativa polÃtica. Descartado de momento, un adelanto de las generales, Sánchez puede decidirse a hacer su primera gran crisis de gobierno con cambios en los ministerios del PSOE buscando darle un nuevo impulso al ejecutivo, ya sin Iglesias en la vicepresidencia.
En el PSOE esperan ese movimiento del presidente y confÃan en que las relaciones con Podemos mejoren con el liderazgo de Yolanda DÃaz, una dura, pero leal negociadora. Una polÃtica pragmática, empeñada en que el gobierno de coalición dure y sea estable.
Sánchez y DÃaz se van a reunir estos dÃas para priorizar y acelerar las leyes y proyectos del gobierno e intentar dar carpetazo mediático a las consecuencias de las elecciones en Madrid. El ejecutivo se enfrenta además al posible retraso de los fondos europeos.
Paradójicamente, una victoria clara del PP puede facilitar un rápido acuerdo con el gobierno para la renovación del Poder Judicial y el Defensor del Pueblo, con la duda de si Ayuso mantendrá el veto a Gabilondo que le anunció en el debate de Telemadrid.
Los que miran con preocupación lo que pueda pasar después del 4M son los socios catalanes del gobierno y especialmente Esquerra, pendiente todavÃa de la investidura de su candidato Pere Aragonés como nuevo presidente de la Generalitat.
Los dirigentes de Esquerra temen que el nuevo ambiente en Madrid complique los temas pendientes con Cataluña, en especial, los indultos a los lÃderes independentistas presos y la mesa de negociación.
Todo abierto de nuevo y pendiente del recuento electoral.
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