El Departamento de Justicia de EU demandó a John Bolton, exasesor de Seguridad de Donald Trump, para detener la publicación de un libro que narra su paso por la caótica administración. El volumen titulado "La habitación donde ocurrió" (The Room Where it Happened) incluye explosivos detalles sobre el caso Ucrania. Según reportó el New York Times en enero, Trump habrÃa presionado a Bolton para que participara en la trama y lograra que el presidente ucraniano abriera una investigación contra su rival polÃtico Joe Biden. Bolton ocupó el cargo durante poco menos de un año y medio hasta que Trump lo echó en septiembre pasado luego de varios desacuerdos de polÃtica exterior y posiblemente también por su rechazo al plan Ucrania.
Cuando Trump anunció en abril de 2018 que su nuevo Asesor de Seguridad Nacional serÃa Bolton, el mundo entero temió lo peor. Bolton llegó a reemplazar al segundo ASN de Trump, H.R. McMaster, quien en repetidas ocasiones tuvo diferencias con el presidente por su polÃtica con Irán y Corea del Norte, pero era un personaje respetado en ambos partidos y visto como un pensador moderno y moderado. Del otro lado estaba Bolton, quien ocupó durante unos meses la posición de embajador ante Naciones Unidas durante la presidencia de George W. Bush, abogaba por una agenda exterior agresiva y querÃa tumbar a los regÃmenes de Venezuela, Cuba, Irán, Yemen, y probablemente otra media docena de paÃses.
Trump: Un War Room en la tempestad
En 2002, por ejemplo, Bolton -sin evidencia alguna- aseguró durante una conferencia que Cuba estaba colaborando con Irán y Libia en un programa secreto de armas biológicas. El analista de armas biológicas del Departamento de Estado se negó a respaldar las acusaciones de Bolton y rechazó que existiese indicios de que Cuba estuviera participando en un programa de ese tipo. Bolton intentó echarlo del cargo y de sabotear su carrera. Por este y muchos otros ejemplos su llegada a uno de los cargos con mayor influencia en la polÃtica exterior estadounidense les quitó el sueño a muchos.
Sin embargo, y de manera imprevisible, Bolton -a pesar de sus posicionamientos extremos-se convirtió en una de las voces más crÃticas al interior de la Casa Blanca con respecto al escándalo Ucrania, el mismo que terminarÃa con un juicio polÃtico en el Senado para remover a Trump de la presidencia. El caos de la administración fue demasiado hasta para él. Al parecer, Bolton se negó en repetidas ocasiones a participar o condonar las acciones de Trump y sus colaboradores para que Ucrania abriera una investigación criminal en contra de Biden. Con todo y sus protestas privadas, Bolton se negó a testificar ante la Asamblea de Representantes -controlada por los demócratas-pero dijo que, si lo llamaban, sà aparecerÃa en el juicio polÃtico en el Senado, controlado por los republicanos. Al final la Cámara Alta no llamó a Bolton al estrado.
Trump firmó una orden contra la violencia policial, pero evitó mencionar el racismo
Los abogados del Departamento de Justicia, quienes quieren retrasar la distribución del libro que ya fue publicado por Simon & Schuster, argumentan que Bolton violó el acuerdo que tenÃa con la administración de permitir que la administración revisara cualquier libro que escribiera sobre su paso por la Casa Blanca.
Bolton "decidió de manera unilateral que el proceso de revisión de prepublicación está completo y decidió por sà mismo si la información clasificada debÃa ser publicada", explicaron en la demanda.
El lunes, durante un encuentro con los medios, Trump envió una advertencia severa a su excolaborador: "Yo considero que todas las conversaciones conmigo como presidente son altamente clasificadas. Asà que eso significa que si escribió un libro y ese libro sale, está rompiendo la ley. Eso se llama responsabilidad criminal. Eso es un asunto grande", dijo el presidente.
"Yo pensarÃa que va a tener problemas criminales. Eso espero", continuó el presidente. "Tal vez no está diciendo la verdad. Es conocido por no decir la verdad", puntualizó Trump.
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- 117/06/2013:11un enfermo mental gobierna en EEUU, otro Chile, Otro en Brasil y hasta diciembre pasado otro gobernó en Argentina.