La tensión geopolítica que generó el avance al plano militar de la ofensiva que Estados Unidos lidera contra Nicolás Maduro, quedo cristalizada este martes. Rusia, Irán, Turquía, Bolivia y Cuba salieron en apoyo del régimen chavista en Venezuela ante alzamiento liderado por el opositor Juan Guaidó, minestras que China, la otra potencia cercana a Venezuela, por ahora mantiene un sonoro silencio.

"La oposición radical en Venezuela nuevamente apela a métodos de fuerza. Opta por incitar al conflicto y violentar el orden público con participación de militares", expresó el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov.

Según indicaron desde el gobierno de Vladimir Putin, el presidente y su consejo de seguridad hablaron está mañana sobre la situación del país caribeño. "Llamamos a la comunidad internacional a reafirmar la adhesión a la Carta de la ONU y a las normas del Derecho Internacional, para apoyar el regreso de Venezuela al camino del desarrollo estable y progresivo", señalaron desde la cancillería rusa.

Rusia y China son los principales sostenes de Maduro y llama la atención el silencio de la potencia asiática, que bailan con el presidente Donald Trump -y entre si- un complejo minué geostrategico.

Rusia y China son los principales sostenes de Maduro y llama la atención el silencio de la potencia asiática, que bailan con el presidente Donald Trump -y entre si- un complejo minué geostrategico.

Putin suele enfrascarse en conflictos armados en posiciones opuestas a las de Estados Unidos, como hizo en Siria, pero mantiene al mismo tiene una afinada sintonía personal con Trump. Mientras que China, mucho más poderosa que Rusia en términos económicos y en camino a desplazar a Estados Unidos como primera potencia global, suele eludir las confrontaciones directas con su rival norteamericano.

Como sea, fue el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien condenó "intento de golpe" con mayor firmeza. Erdogan viene liderando un complejo giro anti occidental, luego de ser un aliado de Europa. La radicalización del presidente turco, que incluye una esfera islámica, tiene varias causas. Con Estados Unidos chocó por la política de esa potencia hacia los kurdos, entre otros asuntos y parece haber encontrado en Venezuela una buena excusa para decir lo que piensa sobre la potencia del Norte.

"Todo el mundo debe respetar la elección democrática del pueblo venezolano", señaló Erdogan. "Quienes hacen esfuerzos para colocarle un gobernador colonial posmoderno a Venezuela, que se dotó de un presidente mediante elecciones del pueblo soberano, deberían saber que la manera de gobernar un país es mediante elecciones democráticas. Y en la democracia, las urnas son fundamentales", concluyó el mandatario, que mantiene buenas relaciones con Maduro.

Como ocurrió con los levantamientos anteriores convocados por la oposición venezolana, Bolivia y Cuba, los principales aliados latinoamericanos de Maduro, rechazaron al "movimiento golpista que pretende llenar de violencia" a Venezuela, según expresó desde Twitter el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.

"Rechazamos este movimiento golpista que pretende llenar de violencia al país. Los traidores que se han colocado al frente de este movimiento subversivo, han empleado tropas y policías con armas de guerra en una vía pública de la ciudad para crear zozobra y terror #SomosCuba", escribió el mandatario cubano.

Evo Morales, el otro aliado latinoamericano de Maduro también rechazó la ofensiva opositora. "Condenamos enérgicamente el intento de golpe de Estado en Venezuela, por parte de la derecha que es sumisa a intereses extranjeros. Seguros que la valerosa Revolución Bolivariana a la cabeza del hermano Nicolás Maduro se impondrá a este nuevo ataque del imperio", escribió en su cuenta de la red social el presidente de Bolivia.

Desde Irán, otro adversario de Estados Unidos, también rechazaron el levantamiento encabezado por Guaidó. "Los disturbios y el caos, de ninguna manera, pueden ser la solución a las divergencias políticas en Venezuela", señaló el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Seyed Abás Musavi.