El senador radical Juan Carlos Marino convocó para el jueves a las 14 a la bicameral de control de organismos de inteligencia para tratar la denuncia de extorsión contra el fiscal Carlos Stornelli, en medio de la tensión de Macri con la UCR por las amenazas de enfrentarlo en una interna presidencial con Martín Lousteau.

El principal impulsor de esa primaria es Enrique "Coti" Nosiglia, padrino de Marino y quien logró atrincherarlo al frente de la comisión que controla los servicios. En estos tres años manejó un presupuesto millonario y no la reunió casi nunca para proteger al presidente de la AFI, Gustavo Arribas.

Pero cambió su actitud ayer, cuando la citó por pedido de los diputados kirchneristas Rodolfo Tailhade y Leopoldo Moreau, que exigen investigar la causa que instruye el juez de Dolores Alejo Ramos Padilla contra el abogado Marcelo D'Alessio, por un supuesto pedido de 300 mil dólares al productor rural Pedro Etchebest para no tener problemas con Stornelli, según se desprende de audios publicados por el sitio web de Horacio Verbitsky. Esta tarde, el fiscal fue citado a indagatoria. 

Ayer, durante la sesión preparatoria del Senado, Cristina Kirchner involucró a la embajada de Estados Unidos en las operaciones y el jefe de su bloque, Marcelo Fuentes, informó que Marino había aceptado tratar el caso Stornelli en la bicameral que hasta ese momento tenía cerrada con llave. A pocos metros, el radical asintió con la cabeza. 

Marino es cercano a Enrique "Coti" Nosiglia, promotor de la candidatura de Lousteau. Mantuvo la cerrada la comisión en 2018, pero la abrirá para exponer a Stornelli.

Mascullaba de bronca porque no había podido reelegir como vicepresidente del Senado, por la denuncia de acoso sexual presentada por una empleada del Congreso en diciembre. Insistió ante la prensa en que es inocente, la justicia aún no lo procesó pero tampoco lo absolvió y sus compañeros de bloque creían ayer que esperó una buena noticia en Tribunales que nunca llegó y en represalia convocó a la bicameral.

El 25 de febrero, en su dictamen Ramos Padilla describió como parte del modus operandi de D'Alessio "la actividad de agentes de inteligencia -orgánicos o inorgánicos- que están llevando adelante operaciones ilícitas vinculadas con la actividad del Poder Judicial de la Nación y del Ministerio Público Fiscal".

Y sostuvo que las tareas "contravienen radicalmente la ley 25.520 de inteligencia nacional con las modificaciones introducidas por la ley 27.126". Marino solicitó el expediente ayer y lo pondrá a consideración de la comisión, que por reglamento se reúne en secreto y no puede dejar trascender sus actuaciones. Siempre se conocen.

Cristina denunció que la embajada de Estados Unidos conspiró con Stornelli en su contra

Son sólo conjeturas, pero lo cierto es que el caso que tiene contra las cuerdas a Stornelli pasará las puertas del Congreso, justo cuando Cristina involucró al gobierno de Donald Trump. Sus legisladores, además, pidieron debatir la actuación de Stornelli en la bicameral de seguimiento del Ministerio Público, que aún no fue conformada y Gabriela Michetti y Emilio Monzó no piensan reactivar.

Esta tarde, el diputado Martín Doñate, del Frente para la Victoria, denunció al fiscal de la causa de los cuadernos ante el Procurador General Eduardo Casal y le solicitó la "urgente apertura de la instancia disciplinaria", o sea, una investigación que según el procedimiento del Ministerio Pública culminaría con un juicio político.

También reclamó conocer la "lista de empleados y funcionarios" que trabajan con Stornelli, las licencias que se tomó en los últimos 5 años y las resoluciones de la procuración que le permitieron la ayuda de "algún otro magistrado como fiscal coadyuvante en investigaciones".

Información suficiente para saber si, como consta en el tramo del expediente que leyó Cristina en el recinto, D'Alessio tuvo la colaboración de los autos con chapas y credenciales de la embajada de Estados Unidos. La UCR, ahora, alienta a que se sepa toda la verdad.