El presidente de la FIFA Giani Infantino brindó una improvisada conferencia de prensa durante la cumbre G20 para apoyar la decisión de la Conmebol de jugar la final de la Copa Libertadores entre Boca y River en Madrid y, consultado por LPO, negó haber presionado a los presidentes de ambos clubes para que el partido no se postergara el sábado pasado en el monumental. 

"La FIFA no actuó. Yo estaba en el estadio, tengo un poquito de experiencia por haber trabajado 16 años en UEFA, organizando Champions League y Eurocopa y si puedo dar mi apoyo y mi opinión lo haré con mucho gusto". 

"Pero es una competencia de la Conmebol. Yo no voy a hablar de temas en los cuales no tengo todos los elementos, no puedo. Es un tema de la Conmebol que lo hace y bien", se escapó el italiano, visiblemente molesto cuando LPO le pidió reconstruir su reunión en los vestuarios con  Daniel Angelici y Rodolfo D'onofrio, mientras los jugadores de Boca se negaban a entrar la cancha.

"Estaba en el estadio de River cuando se suspendió el partido y tengo un poquito de experiencia como para opinar. Pero la que decide es la Conmebol", contestó molesto Infantino. 

Fue el único instante en el que perdió la sonrisa en uno de los salones del predio de Costa Salguero, donde por estos días brindan conferencias los presidentes de las principales potencias del mundo que cubren el G20. 

Nadie esperaba su palabra: la convocatoria a los periodistas fue recién esta mañana y restringida a los acreditados para la cumbre, que desde este viernes habitan el centro de prensa de parque norte y a primera hora se anotan en las conferencias de prensa de los jefes de Estado que habrá en Salguero. Infantino apreció entre las ofertas del día para los primeros madrugadores. 

Tras una introducción protocolar, aceptó las preguntas sobre el fallido superclásico, no sin antes lamentarse por su postergación, que según D'onofrio intentó evitar. "Estuve en el estadio y fue un momento triste. Es un partido de fútbol. No es una guerra y esto debe ser condenado por todos los que estamos en el fútbol y asegurarnos de que no vuelva a pasar. La Conmebol tiene que resolver y cree que esta es la solución", dijo sobre mudar el partido a Madrid.

"Todas las partes lo acordaron. La FIFA aprobó la decisión de la Conmebol de jugar el partido en España", agregó y dijo que el asunto fue sólo un comentario al pasar en su reunión con Mauricio Macri, que se enteró del cambio de sede previo al inicio del G20.

Sus declaraciones llegaron justo cuando River Plate emitió un comunicado de rechazo a la decisión de jugar la final en el viejo continente. "La Conmebol va a tener que tomar una decisión, pero mi convicción personal es que siempre se tiene que jugar", respondió ante la novedad. "La pelota no se puede parar. Hay que buscar soluciones para que los partidos no tengan que ser suspendidos. Son unos idiotas que arruinan la fiesta. Hay que sacarlos del fútbol", insistió.

Temprano, en el centro de prensa, Patricia Bullrich había dicho que le hubiera gustado que "a la Ciudad de Buenos Aires le dieran la oportunidad" de organizar otra final, una forma de desligase del fallido operativo que le costó el cargo al ministro de Seguridad y Justicia porteño, Martín Ocampo.

Conciliador, Infantino minimizó los riesgos de incidentes en Madrid ("En los mundiales de clubes las mayores visitas son de Sudamérica", recordó) y consideró que el episodio no alterará la candidatura de Argentina para organizar el mundial 2030.

"La decisión para elegir la sede del Mundial 2030 se tomará dentro de cuatro años. Hay mucho tiempo para trabajar y ver lo que se puede hacer. Todavía tenemos en el fútbol un problema de violencia que hay que erradicar. Hay que ver quiénes son los responsables de los hechos que se dieron el sábado pasado para trabajar en ello y que no se vuelva a repetir", aclaró.