El presidente de Brasil, Michel Temer, quedó envuelto en una seria crisis política que podría llevárselo puesto a meses de reemplazar a la destituida Dilma Roussef.

Temer quedó debilitado tras la renuncia del ministro jefe de la Secretaría de Gobierno de Brasil y máximo responsable de la articulación política del Ejecutivo con el Parlamento, Geddel Vieira Lima. Este funcionario renunció tras haber sido denunciado por tráfico de influencias para ser favorecido en un proyecto inmobiliario.

La acusación la había hecho el ministro de Cultura, Marcelo Calero, quien dijo que Vieira Lima lo presionó para que el Instituto del Patrimonio Histórico (Iphan), que dependía de su cartera, aprobara un proyecto inmobiliario en Salvador de Bahia donde posee un apartamento. Calero renunció la semana pasada y, ante la sumatoria de funcionarios renunciantes por presunta corrupción, la oposición analiza iniciar un juicio político contra el jefe de Estado provisorio.

En este contexto caótico, el PT, el partido con el que Lula Da Silva y Dilma gobernaron durante casi 4 mandatos, denuncia que el Congreso quiere perpetrar un “golpe dentro del golpe”.

Es que si Temer es destituido antes del 1 de enero de 2017, dos años después de la asunción de la fórmula Dilma-Temer, la vacante de la presidencia requiere la realización de nuevas elecciones directas en las urnas.

Pero si Temer es destituido después de este período, las elecciones se convierten en indirectas: es decir, el nuevo presidente es elegido por el Congreso, según lo determinado por la Constitución Federal.

"Los que dieron el golpe ahora quieren dar el golpe dentro del golpe. Ellos quieren derrocarlo el próximo año para elegir indirectamente en este Congreso", denunció el líder de la bancada del PT en el Senado, el pernambucano Humberto Costa.

"Michel Temer es incapaz de gobernar. Por el menosprecio que hizo la Presidencia, podría tener la grandeza de renunciar y llamar a elecciones directas en este país. Sólo el pueblo, el voto popular, tiene condiciones para arreglar la situación en la que nos encontramos ", dijo el también miembro del PT, Gleisi Hoffmann, según relató Folha do Sao Paulo.

En medio de esta crisis, el mediático juez Sergio Moro vetó 21 de las 41 preguntas que hizo la defensa del ex diputado Eduardo Cunha, el diputado del PMDB y factótum del golpe contra Dilma, al propio presidente Temer, que fue llamado como testigo de la defensa en el proceso del Lava Jato.