El proyecto de ley ómnibus que se discute en Diputados tiene un capÃtulo que inquietó a los productores agropecuarios que vienen acumulando bronca con el aumento de las retenciones a los derivados de la soja, al maÃz y a las economÃas regionales.
Ahora, la Federación Agraria, la Sociedad Rural y Confederaciones Rurales Argentinas emitieron un comunicado rechazando la adhesión al UPOV 91 que es un sistema internacional de patentamiento que le reconoce los derechos de propiedad intelectual a los productores de semillas.
Esto significa que de aprobarse, los productores deberán pagar derechos a las comercializadoras por las semillas que produzcan en sus campos para la siguiente campaña. De esta manera, se les extenderÃa derechos a los "obtentores" en detrimento del productor.
Sin embargo, los semilleros, que ganaron terreno en Coninagro, la Confederación que nuclea al cooperativismo agrÃcola, apoyan el proyecto de Milei y dejó a la Mesa de Enlace al borde del quiebre.
En consecuencia, el apoyo de Coninagro al patentamiento de semillas dejó al descubierto un tema estructural de la organización cooperativista que se arrastra hace décadas en el sector agroexportador argentino.
Cuando a principios del siglo XX, los pequeños y medianos productores se agruparon en cooperativas y mutuales lo hicieron para ganar competitividad sin embargo, con el paso del tiempo esos objetivos se fueron desvirtuando.
En Santa Fe, donde el movimiento cooperativista fue pionera y de vanguardia en el mundo, se desarrollaron grandes jugadores como Sancor y Milkaut en la lecherÃa, Agricultores Federados Argentinos (AFA) o la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) en el sector granareo; "que fueron creadas con una sana intención", explicó un dirigente vinculado a la Federación Agraria que habló con LPO y pidió preservar su nombre.
Lo que ocurrió después es que a mediados de la década del '50, "surgió la gerentocracia", el copamiento de las cooperativas y mutuales por gerentes mientras que los productores deslindaron las decisiones en estos agentes que en muchos casos llevaron a las cooperativas a la quiebra y con ello, el patrimonio de los mismo productores que confiaban en sus administradores.
De esta manera, los gerentes pasaron a constituir la clase alta de muchas de las localidades productivas de la zona agrÃcola santafesina: "esto es lo que ocurrió hoy con Coninagro, los semilleros, que son comercializadores de semillas y que tienen sus negocios disfrazados de cooperativas para pagar menos impuestos, tienen más peso que los pobres y cada vez más huérfanos productores cooperativizados", explicó la misma fuente.
Lo cierto es que de las cuatro entidades que conformaban la Mesa de Enlace, Coninagro pegó el faltazo al rechazo de la ley de propiedad intelectual de semillas que impulsa el gobierno de Milei que firmó el resto de las entidades: "es increÃble que la confederación que tendrÃa que defender a cooperativistas y mutualistas se ponga del lado de este gobierno", dijeron en la Federación Agraria.
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- 119/01/2411:35Esto destroza el contrabando y va a ser muy rechazado como cuando macri lo intento. El tema es que al querer cobrar derechos de propiedad intelectual se te llenan los campos y puertos de abogados de las semilleras controlando y facturando todo lo que puedan. blanqueando toda la produccion . Y a estos bogas no los podes coimear como a un aduanero.