
La guerra de los nombres escala en Neuquén y la pelea entre el radicalismo, el PRO y el ARI es seguida de cerca por las terminales nacionales de Juntos. Los postulantes Pablo Cervi y Jorge Taylor quieren utilizar el sello "Juntos por el Cambio" en las elecciones a gobernador, pero el PRO lo rechaza.
La partida de Figueroa también provocó un conflicto entre los socios de Juntos en Neuquén. Mientras que el PRO decidió apoyar a "Rolo", la Coalición y el radicalismo acordaron ir bajo el sello de Juntos. El MPN gobierna la provincia desde hace más de seis décadas y lleva como candidato a Marcos Koopmann.
Cervi pertenece al radicalismo y Taylor fue parte del PRO, pero dejó el partido. Cuando los principales socios estaban en discusiones sobre el futuro de la alianza en la provincia, la UCR y la CC se adelantaron y se inscribieron con el sello Juntos por el Cambio.
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Esa maniobra desató una lluvia de presentaciones en la justicia federal y provincial por el uso de la denominación. "Es un antecedente para todos los distritos, hay que estar muy atentos", aseguraron desde el PRO. "El futuro de la alianza no puede depender de la avivada de dos tipos", dijeron.
Las denuncias abarcaron desde impugnaciones a los congresos y convenciones de la CC y la UCR en dónde se aprobó la alianza, hasta la "captación indebida" del electorado. A pesar de que falta poco para los comicios, la cuestión está lejos de resolverse.
Desde el radicalismo y la Coalición dicen que tienen todos los papeles en regla y que las presentaciones tienen que ver más con el descontento de algunos dirigentes por no haber logrado lugares en las listas que con ilegalidades.
En el PRO argumentan que en 2021 la Coalición Cívica impugnó la utilización de Juntos y por eso los entonces aliados UCR y PRO debieron competir con el nombre Cambia Neuquén. En la Coalición responden que como el nombre Juntos por el Cambio no fue aún utilizado, el PRO no tiene ningún derecho adquirido. Y apoyan su argumento en un fallo reciente de la justicia neuquina sobre la representación de Unir.
La mesa de Juntos definió en septiembre del año pasado que en todas las jurisdicciones debe armarse la alianza. Hay dos interpretaciones al respecto: una es que si alguno de los socios se quiere ir, puede hacerlo pero después no puede reclamar el uso del sello Juntos por el Cambio. Otra interpretación es que si no hay acuerdo entre las fuerzas locales, ninguna de ellas pueda utilizar el sello.
La interna tiene similitudes con lo que ocurre en Tucumán, Córdoba y Mendoza y deja en claro que la mesa nacional de Juntos se tomó demasiado tiempo para comenzar a resolver los conflictos provinciales.
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