El gobierno de Benjamin Netanyahu le pidió a Javier Milei que intercediera ante el Papa Francisco para bajar la tensión entre Israel y el Vaticano.

Milei recibió ese pedido la semana pasada durante su visita a las autoridades de Israel. Allí, el presidente se reunió con su par israelí, Isaac Herzog, y con Netanyahu, el primer ministro.

Los israelíes intentan encausar la relación con el Vaticano que consideran crucial en medio del conflicto de la franja de Gaza.

La tensión con la Santa Sede escaló en las últimas semanas y por eso esperaban una colaboración del presidente que tiene la misma nacionalidad que el Papa y que viajaba desde Israel a Roma para reunirse con el Sumo Pontífice.

Pocos días después de la reunión de Milei con el Papa, que en el gobierno argentino celebraron como muy satisfactoria pese a posteriores chispazos, la tensión del gobierno de Netanyahu y el Vaticano siguió escalando.

Enojado porque quisieron vender que apoyaba el ajuste de Milei, el Papa lo desmintió 

Israel presentó una queja formal después de que el número dos del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, denunciara la "carnicería" en Gaza. Parolin, que no habla sin consultar al Papa, describió el conflicto en Gaza como una operación militar desproporcionada de Israel tras los ataques de Hamás del 7 de octubre.

La embajada israelí en la Santa Sede calificó de "lamentables" los comentarios de Parolin en un comunicado del miércoles. Pero este viernes debió retroceder y, según adelantó Clarín, aclaró que fue un error de traducción y que quiso decir "desafortunada" en vez de lamentable.