Agustín Rossi estrenó su candidatura a vicepresidente como uno de los artífices de la segunda peor elección de la historia del peronismo en Santa Fe, sólo superada por él mismo en 2011, cuando como candidato a gobernador salió tercero con 22 puntos.

Pese a acumular derrotas con el socialismo y de manera interna en el propio peronismo, Rossi logró colarse en la fórmula presidencial avalada por Cristina Kirchner y empujado por su hijo Máximo, justamente por su aparente poderío en la tercera provincia más poblada del país y en especial en Rosario.

Por eso la debacle peronista del domingo golpea especialmente al jefe de gabinete, cuyos candidatos perdieron en todas las categorías de manera apabullante.

Leonardo Busatto, el candidato a gobernador que responde a Rossi, salió cuarto en la interna que ganó Marcelo Lewandoski. Busatto sacó 41 mil votos y quedó detrás de Lewandoski, el camporista Marcos Cleri y Eduardo Toniolli.

Norma López, candidata de Rossi en el tramo de diputados provinciales, sacó el 5% y quedó sexta en la interna que ganó el actual gobernador Omar Perotti. Tuvo algo más de 24 mil votos, menos que el candidato libertario que ganó la primaria de Viva la Libertad.

Una de las novedades de la elección la protagonizó otro alfil de Rossi, Roberto Sukerman, que perdió la interna como intendente de Rosario contra la lista apoyada por Juan Grabois, que llevó como candidato a Juan Monteverde. Sukerman quedó como el cuarto candidato más votado detrás de Pablo Javkin, Miguel Ángel Tessandori y el propio Monteverde, que competirá en las generales.

En tanto que Juan Giani, candidato de Rossi para el Concejo Deliberante de Rosario, quedó sexto en la primaria peronista con sólo el 7%,

"Ha sido una elección fuertemente provincializada", explicó Rossi este lunes para al menos separar la performance estrepitosa de la suerte nacional y no generar ruido en la fórmula presidencial. Ya lo había hecho cuando dijo que había que indultar a Cristina.