Las declaraciones de Ione Belarra no han caÃdo bien en el Gobierno. El PSOE, presionado por Podemos para que radicalice su posición con Israel, entiende que los morados buscan recuperar un protagonismo perdido y volver a ser considerado en el electorado de izquierdas.
"¿Creen que esto puede servirles en una repetición electoral? No lo sé, es extraño y peligroso porque ellos forman parte del Gobierno", reconoce una fuente socialista consultada por LPO. El enojo en Ferraz también está vinculado a que, aún luego de la desautorización del comunicado de la embajada israelà en Madrid contra Belarra, Podemos siguió presionando al PSOE para tensar al máximo la relación institucional con Israel.
Incluso parece que el debate sobre el posicionamiento del Gobierno quiere ser incorporado en el debate de la investidura. Al menos asà lo sugiere el lÃder de facto de Podemos, Pablo Iglesias, quien dijo en sus redes sociales que "el presidente en funciones deberÃa recordar que, para ser investido, tendrá que negociar las lÃneas de su polÃtica exterior con las fuerzas de las que depende". "No condenar los crÃmenes de Israel tras incumplir su promesa de reconocer al Estado palestino, le debilita", advirtió.
Quien ha salido a hacer control de daños es el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien se está ocupado de dejar en claro que las únicas voces autorizadas para hablar de PolÃtica Exterior son la suya y la del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Entre los socialistas están convencidos en que lo de Belarra es una estrategia de Podemos para ganar centralidad. "Quieren centralidad, presionar, tensar, recuperar lugar de protagonismo porque se diluyeron en Sumar e incluso especular con una repetición electoral, pero no vale todo, se pasó de frenada", reprocha un dirigente del PSOE.
Desde que Podemos adquirió esta postura, Belarra ha dado entrevistas a medios árabes cercanos como Al Jazeera y cercano a Irán como Hispan TV.
La propuesta del PSOE es clara: condenar el terrorismo de Hamas, avalar la defensa de Israel dentro del Derecho Internacional y Humanitario y propone una solución de dos estados a nivel europeo.
"La postura del gobierno es clara. Cada uno debe cumplir su rol y hablar en esa dirección. Albares no habla de otra cosa que no sea PolÃtica Exterior. Los que quieran ser comentaristas de la realidad, deberÃan abandonar el gobierno", afirma esta fuente.
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