La asunción de un nuevo gobierno generó altas expectativas a nivel internacional de la mano de Santiago Peña, que prometÃa una gestión de alto perfil para atraer inversiones y ser un centro de integración regional. Pero a siete meses de su administración solo creció el descontento en el extranjero, debido a los desórdenes de la polÃtica interna.
Las manifestaciones del gobierno confirman la situación de Paraguay a nivel internacional. La vocera de la Presidencia, Paula Carro, afirmó que el paÃs no proyecta una imagen positiva para las inversiones, en ningún área. Esta conclusión es fruto de la gira del presidente por España, en búsqueda de capital extranjero, principalmente en el sector de tecnologÃa.
"Paraguay tiene mucho que trabajar en su imagen internacional porque todavÃa no somos considerados un destino de inversiones en ningún área en particular", sentenció la vocera.
Para Julieta Heduvan, experta en polÃtica exterior paraguaya, el descontento implica una incoherencia con lo que Peña intenta vender en el exterior y la realidad nacional. "La polÃtica de alto perfil de Peña de los últimos meses no va a servir si la realidad local no condice con lo que vende", apuntó.
Sin respetar el reglamento interno, la mayorÃa cartista en el Senado destituye a Kattya González
La dinámica polÃtica desorganizada dificulta la gobernabilidad, según la analista, lo que contrasta con las expectativas positivas del programa inicial del presidente. A esta altura del su gobierno, no pudo avanzar en sus objetivos económicos, sociales y de seguridad, indicó Heduvan.
La situación es clara para la experta, que apunta a viejos vicios y una lÃnea difusa en la jerarquÃa, además de la desconexión entre el presidente, su gabinete y sus congresistas. Un factor determinante en el malestar internacional fue la destitución de la ex senadora Kattya González, considerado un ataque autoritario a la oposición pese a contar con mayorÃa colorada.
Uno de los primeros traspiés del gobierno fue el proyecto Remansito, impulsado por el senador Basilio Núñez, quien intentó blanquear a los ocupantes de la Finca 916 de forma irregular. Peña tuvo que vetar la ley y ordenar una investigación desde la ProcuradurÃa. La situación generó dudas sobre la seguridad jurÃdica.
El segundo factor fue el trato que dio el gobierno a la Unión Europea. El cartismo impulsó la derogación de un acuerdo con el bloque que otorgaba financiamiento al sector educativo mediante una donación. El rechazo fue usado como bandera de campaña electoral, instalando desinformación en torno a lo que denominaron "ideologÃa de género". El hecho afectó la provisión de kits escolares y generó malestar ante una negociación más amplia en el ámbito del Mercosur.
Del mismo modo, desde Honor Colorado, el diputado Yamil Esgaib impulsó un proyecto de "devolución premiada" que pretendÃa que los polÃticos condenados por corrupción tengan una pena menor si devolvÃan lo robado. La norma prosperó pero generó un gran debate. Tampoco tuvo visto bueno de Estados Unidos que mantiene una agenda anticorrupción con Paraguay. Igualmente, no se tuvo grandes avances en esa materia en cuanto a leyes.
Finalmente, el caso de Kattya fue el más resaltante y generó un clima de persecución a la oposición. Los embajadores de paÃses europeos se pronunciaron en contra de la expulsión por lo que el canciller Rubén RamÃrez los convocó para reafirmar que Paraguay tiene un Estado de Derecho.
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