El diputado Yamil Esgaib se siente una víctima colateral de la pulseada entre Horacio Cartes y la administración de Joe Biden. En agosto, Estados Unidos suspendió el visado de las hijas del colorado que estudiaban en ese país y responsabilizó al entonces presidente Mario Abdo Benítez por impulsar la sanción. Ahora Esgaib apela al senador republicano Marco Rubio, que la semana pasada se reunió con Santiago Peña en Asunción.

"Le dijimos que se rectifique y pida disculpas", apuntó. "Magida Esgaib llegó a Paraguay de vacaciones y no pudo volver ni para cerrar su departamento", se quejó el diputado de la ANR. Lo curioso es que Esgaib haya dirigido su reclamo a Rubio, un senador que no tiene capacidad para rever la medida, salvo la presión que pueda hacer desde el Capitolio, ya que la suspensión del visado responde a una decisión del Departamento de Estado.

Pero en el gobierno de Peña, y en las filas coloradas, ven al Congreso estadounidense como un espacio propicio para enmendar la relación bilateral ante la indiferencia de la Casa Blanca y la designación de Cartes como "significativamente corrupto", una etiqueta que recayó sobre otros dirigentes de la ANR. En Paraguay también especulan con la elección presidencial de noviembre, que podría devolver a Donald Trump a la Oficina Oval.

En su visita a Asunción, el senador por Florida, un halcón dentro de la política estadounidense y promotor del vínculo con los gobiernos conservadores de la región, dejó en claro que no se entrometería en cuestiones domésticas de Paraguay -para salir del paso a la destitución de la senadora opositora Kattya González-, pero al mismo tiempo se comprometió a promover el vínculo con Peña desde el Capitolio.

Es un primer paso que genera expectativas en el Palacio de López. El diagnóstico que hacen desde el Partido Colorado es tan simple como certero: la embestida contra Cartes fue una iniciativa de la administración demócrata y la visión pragmática del trumpismo, con posibilidades reales de conseguir un segundo mandato, podría suponer un giro en la relación. Peña juega sus propias cartas, que una eventual administración republicana sabría apreciar.

Más allá del enfoque multipolar de la diplomacia paraguaya, desplegada por el presidente y el canciller Rubén Ramírez Lezcano, el país está alineado con Israel en su guerra contra Hamas en la Franja de Gaza y se mantiene como el único aliado de peso de Taiwán a nivel mundial, pese a las presiones de China. Rubio recalca esa posición del gobierno de Peña, algo que cobra mayor dimensión si el senador se convierte en compañero de fórmula de Trump.