“Con Massa está todo mal”, repiten varios dirigentes del PRO desde hace varios días. El primer síntoma, que anticipó LPO la semana pasada, fue el pedido de apertura de listas que hizo el intendente de Tigre a los candidatos del PRO que ganaron la interna del Frente Renovador en cinco municipios bonaerenses.

El segundo síntoma que confirma el diagnóstico fueron las palabras del propio Mauricio Macri, que ayer salió a pegarle a Massa de manera sincronizada en algunos matutinos porteños y reafirmó que él es el candidato a presidente "del cambio".

Macri volvió a chicanear a Massa hoy por su cercanía a Alberto Fernández. "No me puedo olvidar de que fue el que tripuló la calumnia contra Olivera en la primera campaña, e hizo lo mismo con la efedrina cuando yo iba con De Narváez", indicó Macri a Radio Diez.

Pero la definición más fuerte del jefe de gobierno fue en cuanto a la pelea presidencial: “Tenemos un voto útil con ellos, lo que no significa que en el día después tengamos algo para construir juntos”, advirtió ayer y hoy.

Alarma

Como cada vez que da una definición política, Macri se basa en las encuestas que hace su equipo. Los últimos sondeos que maneja el PRO indican que Massa superaría en octubre por más de 10 puntos al kirchnerista Martín Insaurralde.

“Cómo habrán notado, Mauricio salió a pegarle a Massa el fin de semana”, les advirtieron esta mañana a los voceros del gabinete macrista en referencia a las entrevistas que dio el jefe de gobierno.

En la reunión se habló del reposicionamiento que está buscando Macri luego de las primarias, en las que el papel del PRO no sólo fue flojo en Capital sino que quedó del todo deslucido ante el triunfo de Massa, que se llevó el papel protagónico antes y después de las primarias.

Réplicas

Luego de que Macri diera el puntapié, los palos a Massa ya comenzaron a propalarse entre los dirigentes del PRO.

Uno de ellos fue el candidato a diputado, Álvaro González, que hoy dijo que “El acuerdo con Massa tuvo el objetivo de frenar la posibilidad de reelección de Cristina Kirchner, pero no olvidemos que Massa critica ahora a un gobierno nacional en donde él participó y fue parte".

Lo que teme Macri es quedar fuera de la discusión de la presidencia ante el avance del intendente de Tigre y que el electorado “jubile” en una misma elección al kirchnerismo y al PRO.

El temor principal es que el líder del Frente Renovador se quede con buena parte de su espacio. En ese sentido, en el PRO están preocupados por el futuro de algunos dirigentes macristas que se acercaron a Massa.

En ese sentido, Daniel “Tano” Angelici, tejió un buen diálogo con Massa y no sólo colocó a Christian Gribaudo en su lista, sino que ya empezó a acercarle dirigentes y empresarios a Tigre.

Los movimientos de los intendentes que hace unos meses eran macristas indiscutidos también preocupan al PRO. A Jesús Cariglino, de Malvinas Argentinas, ya lo dan por perdido. De Gustavo Posse, cercano a Angelici, dudan de que vuelva a Bolívar 1 después de octubre.

Y acaso el caso que más preocupa a Macri sea el de su primo Jorge, intendente de Vicente López, que tendría un ofrecimiento para 2015 de parte del líder del Frente Renovador y hasta bromea con cambiarse el apellido Macri por Massa.

Si Jorge Macri no “vuelve”, el PRO perderá de movida a la diputada Soledad Martínez, que entró sexta en la lista de Massa. Lo mismo podría ocurrir con Gribaudo. De esta manera, Gladys González, que responde a Horacio Rodríguez Larreta, será la única diputada que competirá en la lista del massismo que el PRO podría retener.

“Y si no, vendrán al bloque del PRO momentáneamente y aprovecharán la primera de cambio para `pelearse´”, se lamentan en el macrismo.